martes, mayo 30, 2006

ACLARACIÓN

Lo de la venganza, es una especie de broma con alguien. De esas cosas que sólo esa persona entenderá.

Y creedme cuando os digo que mi venganza será dulce, pero no sólo para mí.

Zirbêth, supervillana.

LO BREVE, SI BREVE, DOS VECES BREVE...

Ya era de imaginar que este trabajo no iba a ser el trabajo de mí vida. Pero lo cierto es que esperaba que fuese el de una buena temporada. Tranquilos, que no me han despedido. Es sólo que, desgraciadamente, en lo que yo pensaba que era una manzana de la que estar una temporada alimentándome, hay un enorme y horrible gusano medrando a costa de acosar y amedrentar a los demás.

A mí, me da igual. Es decir, que trabajos de recepcionista y secretaria hay muchos en Madrid. Me quedaré unos meses, a aprender todo lo que pueda, y ya está. Pero, vamos. Una lástima. Una verdadera lástima.

Maguncia, no sabes lo que me acuerdo de ti estos días: tú serías una jefa genial para un sitio como este.

Zirbêth.

lunes, mayo 29, 2006

VENGANZA, DULCE VENGANZA...

Dicen que la venganza es plato que ha de servirse frío. Pero siempre me han gustado los menús calientes, sea la estación que sea. Así que, en breve, perpetraré una terrible y meditada venganza... si puedo.

Vale, no es muy meditada, pero es que ando mal de tiempo y necesito el cerebro para tantas cosas...

Zirbêth, frotándose las manos.

viernes, mayo 26, 2006

¿SABES...?

¿Sabes eso que se siente cuando esperas con mucha ilusión algo, y los días pasan y estás que das (ridículos) saltitos de felicidad... y entonces algo pasa y se fastidia?

Pues eso.

Zirbêth, jo.

martes, mayo 23, 2006

SOBRE EL BLOGGERAÑO

Soy lo peor. Y lo peor de efectos retardados....

¡Muchas gracias a todos los que me leéis!:

por leerme...

por aguantarme los posts malos y lastimosos...

y los de mal genio...

por apreciar los que sí merecen la pena...

por entrar aquí a ver si he escrito algo...

por tener paciencia y volver en las fases de vacío...

por los comentarios de ánimo...

por los gamberros...

por los quisquillosos...

por los críticos...

incluso por los chinches...

a los que me leen incluso cuando yo paso temporadas en que no les leo...

a los que de vez en cuando me escriben para contarme que se han leído el blog entero de una tacada... ¡me dejáis asombrada!...

a los que pasáis de vez en cuando, porque me conocéis y apreciáis...

a los que leéis porque os come la curiosidad cotilla (vengaaa, que seguro que hay alguno XDDDD)....

a los que me hacéis sentir querida, apreciada, valorada...

...

En fin, por todo, gracias.

Y perdonad a esta egocéntrica empedernida que no ha caído en que no os había tenido en cuenta al celebrar su segundo año de bloguera.

Zirbêth, desastre con patas.

QUIERO UN MASAJE

Sí, un buen masaje. Que se centre en la espalda, a la altura del pecho, sobre todo en el lado derecho. Y las piernas, especialmente los gemelos. Los pies los dejamos, que tengo demasiadas cosquillas.

Uno de esos masajes que, como bien dice E. si los das, ya no los recibes. Porque el masajeado se queda dormido y ya puedes pedir, que no se va a mover. Inútil intentarlo, siquiera.

Zirbêth, pedigüeña.

MANIOBRAS ORQUESTADAS EN LA OFICINA

O, lo que es lo mismo, los tejemanejes de mi jefa para controlar el cotarro como buena tirana que es.

Es una manipuladora. No diré que nata porque, de serlo realmente, yo no me coscaría. Así que, bueno, no es de las más peligrosas. La veo venir, creo, casi siempre. Sus técnicas son bastante rudimentarias y sus motivaciones, de lo más obvias. A la larga, una de dos, o se relaja y se está tranquilita, o se queda sin curro.

Me explico. Esta mujer, ambiciosa y de carácter fuerte y dominante, quiere tenernos a todas bajo control riguroso, hasta el punto de meterse en cosas como el peinado y el maquillaje. Pero eso no me molesa, porque siempre me la ha refanfinflado. Sin embargo, la veo mentir en ocasiones para asustarte y presionarte, para que hagas lo que ella quiere y como ella quiere, y eso no es bueno. A mí no me afecta, pero a la larga sí que va a afectar al equipo de trabajo. Nos da informaciones contradictorias a unas y a otras, lo cual me lleva a pensar que quiere confundirnos para controlarnos así mejor. Y, a veces, te miente descaradamente sobre cosas absurdas. Por ejemplo: ayer me vino conque por mi culpa le había caído una bronca de un cliente. Según ella, yo cogí una llamada que me pasaron de centralita ya pasada mi hora de irme y, como estaba enfadada, tomé mal los datos para el mensaje. Y, a menos que crea que soy tonta (cosa que dudo, ya que va diciendo por ahí que soy muy inteligente [otro modo de crear malos rollos, porque si hay alguna envidiosilla, ya la está calentando]), no me explico como intenta colarme eso: yo cogí ese mensaje poco después de volver de comer, en centralita, y sin estar nada enfadada, aunque sí nerviosa, lo que explica que cogiese mal los datos. ¡Normal que estuviese nerviosa, era la primera semana que cogía la centralita! Además, yo, que tengo mal genio y lo sé, os aseguro que no me he enfadado ni una vez. Como mucho, me he agobiado un poco, pero me guardo mucho de demostrarlo. Es que no encuentro motivos para hacerlo. Me resbala bastante el tema. El trabajo no está mal, pero como este, en Madrid, hay montones. En el peor de los casos, me busco otro.

Lo que peor llevo de ella es que no escucha. No importa qué sea lo que le vas a decir, ella te corta y te responde antes de saber de qué va la cosa. Y eso es muy malo. Eso, y que es de las que piensa que quedarse catorce horas en la oficina es hacer méritos, y espera que todos lo hagamos, aunque no lo pida. Va a acabar mal. No para ni enferma, está siempre estresada, presiona hasta explotar (si te dejas), se automedica... O echa el freno, o mal va.

Y el caso es que no me cae mal. Pero la observo y me doy cuenta de que lo hago desde la perspectiva del ciéntifico a la muestra del microscopio. Y no estoy segura de que eso sea bueno del todo...

Eso sí, creo que no tiene mal fondo. Es sólo que le puede la ambición.

Ea, ya lo he dicho. ¡Qué a gusto me he quedado!

Como terapia de relax, lo de rajar de los jefes es insustituible, vamos. Os lo recomiendo a todos.

Zirbêth, seria y guasona, a un tiempo.

lunes, mayo 22, 2006

DÍA LATAZO

No sé qué me pasa hoy. Me he aburrido en el curro como una ostra. Estoy pluf, todo lo contario que estos días, que estaba como unas castañuelas. Igual no es más que agotamiento, así que mejor no darle importancia. O igual es ese síndrome que rara vez me afecta pero perfectamente conocido y ampliamente padecido por la población currante: el lunes.

No sé. La cosa es que hoy me parecía tedioso todo, en vez de entretenido. Ni siquera la conversación furtiva por msn me ha sabido como acostumbra de bien. Igual debería irme a dormir bien prontito, porque va a ser que estoy con falta de sueño.

Qué pereza me da todo, leñe.

Zirbêth, modo desidia on.

MILES DE HORMIGAS

Miles de hormigas me recorren la piel, y algunas se han interado por el cuerpo. Me hacen cosquillas, muchas cosquillas. No sé si se van a quedar o sólo están de excursión.

Me gustaría que se quedasen. ¡Me encantan las cosquillas!

Zirbêth, cosquillosa.

TRANSVASE EBRO-SEGURA

Más sencillo, seguro, que lo de conseguir que mi cuarto se pueda considerar un lugar ordenado y habitable, y que el recolocar la ropa de verano y guardar la de invierno no se covierta en una Odysea con cíclopes, dioses y demás criaturas sobrenaturales malencaradas.

He empezado a las siete y a las once aún no había terminado. Y el salón está lleno de cosas aún por ubicar. Mañana, más. Que necesito poder moverme en el dormitorio.

Qué agobio más grande.

Éowyn.

Pd/¿Ya contenta, mami?

domingo, mayo 21, 2006

CUMPLEAÑOS

Adivinad quién cumple hoy dos añitos.

No..., no es el tiempo que hace desde que volví de Valinor.

No, tampoco es el bebé de mi amiga Baya, ni el de Dalreth.

No, tampoco es el tiempo transcurrido desde mi emotivo reencuentro con la máquina de coser...

Venga, por favor.

¿Es que nadie lo sabe?



¡¡¡Hoy, mi blog cumple dos añitos!!!

Estoy contenta y feliz. Aunque no he pensado jamás en serio cerrarlo, lo cierto es que sí lo he tenido un tanto abandonadillo por rachas, y que la calidad del mismo ha descendido bastante frente a los primeros meses. Sin embargo, creo que ahora mismo vuelve a ser reflejo de la Zirbeth más feliz que era en aquellos momentos.

Esa es la clave de mi blog. Me refleja, me transmite a mí, y tal vez muchos piensen que debería ser más moderada y una dama a la inglesa, y guardarme para mí los malos momentos, pero esa no soy yo. Cuando soy feliz, se me nota. Cuando soy desgraciada, también. Cuando estoy de buen humor, lo demuestro, y si se me llevan mil balrogs, pues también.

Y, bueno, no sé que ocurrirá en el futuro, pero vaticino largos años de blog, siempre y cuando los de blogger no me dejen tirada, cosa harto improbable. Por cierto, que ya mismo llegaré a los mil posts, y no sé si ese es el límite por bitácora y me veré obligada a empezar uno nuevo...

Bueno. Estoy feliz por este cumple tan especial. Me autodeseo muchos más cumples y ser aún más feliz, si es posible.

Lo sé, estoy de un ñoño....

Zirbêth.

sábado, mayo 20, 2006

COMO AQUELLO

Con nueve años estuve en un campamento de verano en Doñana. Fueron quince días increibles que, no sé qué les costarían a mis padres, pero para mí no tienen precio. Aquel campamento tuvo mil aventuras y mil lugares mágicos, pero de algún modo lo que a mí más me impactó fue el camino a la playa y la playa misma.

Para llegar a la playa, tras una caminata cuya verdadera longitud me siento incapaz de determinar salvo en parámetros de sudor derramado, había que escalar una especie de duna enorme de arena clara y reflectante, donde te llenabas entero de arena. Ya en la cima, se abría ante ti un paisaje maravilloso y aparentemente interminable. El azul del mar contrastaba con la arena, a zonas clara, a zonas ocura, moteada del verde de las algas depositadas por la olas. Una torre derribada semisumergida le regalaba un aspecto dígno de las fantasías infantiles en que se desenvolvía mi vida y le prestaba aún más encanto a ese campamento (sin padres, tiendas de campaña, con mi primo adorado...).

En aquella playa, encontré además algo absolutamente fascinante. No sé si ese fenómeno tendrá un nombre concreto, seguramente sí, pero ya os digo que no lo sé. La playa, de kilómetros y kilómetros (cuarenta y dos, creo recordar), se extendía en línea descendente hacia el mar, pero esa cuestecilla descendente se veía interrumpida por una especie de vado: subía unos veinte centímetros, descendía unos cuarenta, volvía a subir y la cuesta descendente se reanudaba. Y ese espacio, de una extensión de unos dos metros, se convertía en un auténtico río cuando la marea subía primero llenándolo de agua, para abandonarlo después dejándolo lleno de agua. El agua, creo, debía renovarse, de manera que este canal se mantenía lleno de agua circulante, pero ligéramente más caliente que la del océano Atlántico de la que provenía.

Solía jugar allí, pero un día que estaba considerablemente llena, me tumbé a hacer el muerto. Y el agua empezó a arrastrarme. Me llevaba como si yo fuese un tronco en unos rápidos. La velocidad era enorme y, cuando me decidí a parar, estaba a una considerable distancia del resto del grupo. Imagino que, si me hubiese quedado allí, tal vez hubiese acabado junto a la desembocadura del río Guadalquivir. Hubiese recorrido toda la playa de Matalascañas de ese modo fascinante y ¡velocísimo!

Era muy agradable. Como ir en un coche líquido. Veía pasar las piernas de la gente a mi lado, las bubes en el cielo, las olas sonar cerca al romper... Y todo sin moverme, sólo tumbada flotando. Increible.

En un sueño reciente, la corriente de agua era el amor, y el fluir placentero como de un viaje era la vida misma. Así me gustaría que fuese mi próxima relación. Un fluir natural y misterioso en el que sumergirme y dejarme llevar hasta la desembocadura de la vida, feliz y tranquila.

Zirbêth.

jueves, mayo 18, 2006

CITA: LA HISTORIA INTERMINABLE.

No recuerdo cuanto hace que me la leí, pero fijo que era bastante jovenzuela. Me gusto, por supuesto, muchísimo. Y el otro día me hice con ella por un precio alrededor de cuatro euros más barato de lo que suele encontrarse, y sin estar demasiado deteriorada.

Una parte de mí espera que, al leerla con unos veinte años de diferencia, me guste incluso más. Espero que mi yo adulto sepa apreciar las cosas que los ojos infantiles no vieron, sin perderse nada de lo que entonces ya disfrutaron.

De momento, una de esas citas que produce dos sensaciones contradictorias. Por un lado, la satisfacción de ver tan bien expresados los propios sentimientos e ideas. Por otro, la triste constatación de que alguien más listo y más diestro ya nos pisó el texto.

Por supuesto, eso último era broma.

"Las pasiones humanas son un misterio, y a los niños les pasa lo mismo que a los mayores. Los que se dejan llevar por ellas no pueden explicárselas, y los que no las han vivido no pueden comprenderlas. Hay hombres que se juegan la vida para subir una montaña. Nadie, ni siquiera ellos, puede explicar realmente el por qué. Otras se arruinan para conquistar el corazón de una persona que no quiere saber nada de ellos. Otros se destruyen a sí mismos por no saber resistir los placeres de la mesa... o de la botella. Algunos pierden cuanto tienen para ganar en un juego de azar, o lo sacrifican todo a una idea fija que jamás podrá realizarse. Unos cuantos creen que sólo serán felices en algún lugar distinto, y recorren el mundo durante toda su vida. Y unos pocos no descansan hasta que consiguen ser poderosos. En resumen: hay tantas pasiones distintas como hombres distintos hay.

La pasión de Bastián Baltasar Bux eran los libros.

Quien no haya pasado munca tardes enteras delante de un libro, con las orejas ardiéndole y el pelo caído por la cara, leyendo y leyendo, olvidado del mundo y sin darse cuenta de que tenía hambre o se estaba quedando helado...

Quien nunca haya leído en secreto a la luz de una linterna, bajo la manta, porque Papá o Mamá o alguna otra persona solícita le ha apagado la luz con el argumento bien intencionado de que tiene que dormir, porque mañana hay que levantarse tempranito...

Quien nunca haya llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas, porque una historia maravillosa acababa y había que decir adiós a personajes con los que había corrido tantas aventuras, a los que quería y admiraba, por los que había temido y rezado, y sin cuya compañía la vida le parecía vacía y sin sentido...

Quien no conozca todo eso por propia experiencia, no podrá comprender probablemente lo que Bastian hizo entonces."
(La historia interminable, Michael Ende, Ediciones Alfaguara, 1982.)


Zirbêth.

DE JUZGADO DE GUARDIA

- Hola, buenas noches.
- Buenas noches. ¿Qué desea?
- Venía a poner una denuncia.
- Muy bien, tome asiento. ¿Quién es el agresor?
- Eh... uh...
- Vamos, no se preocupe, aquí estará a salvo.
- (Mirada desconfiada hacia paredes y techo) No se ofenda, pero me cuesta creerlo.
- Le aseguro que nuestras medidas de seguridad son las mejores. Vamos, cuéntemene, ¿qué quiere denunciar?
- Yo... Está bien: quiero poner una denuncia por incumplimiento de contrato y manipulación de la realidad.
- ...
- Vamos, una estafa.
- Sí. Ya. Bueno, a ver... ¿Y quién dice que le ha estafado? ¿Contra quién quiere interponer esa denuncia?
- Pues... Primero, contra El Corte Inglés, por mentir deliberadamente con eso de Ya es Primavera en El Corte Inglés, cuando eso de la Primavera, será en otro sitio, pero aquí en Madrid... Aquí hemos pasado del Invierno al Verano en horas.
- Pero oiga, eso...
- Déjeme seguir, buen hombre. Y no me mire con esa cara. Es una estafa: la de dinero que me he gastado en unos productos que no voy a poder usar...
- Pero, hombre... No puede usted culpar a El Corte Inglés de la ola de calor que estamos padeciendo...
- ¡Ya lo creo que sí! Al Corte, y a todos esas compañías, edificios e instituciones que contribuyen al calentamiento global y a que cada año el calor llegue antes, dure más, sea más intenso... De que llueva menos, el aire esté más sucio, el agua más contaminada y escasa...
- Perdóneme, pero no puede poner una denuncia así....
- ¿Cómo que no?
- No, lo siento.
- ¿Me está diciendo que...?
- Le estoy diciendo que yo puedo tomarle nota, pero no se va a cursar algo tan... poco concreto. Usted no ha sido agredido, ni robado, no hay daños...
- ¿Cómo que no hay daños? ¿Le parece a usted poco daño no poder dormir durante cuatro meses al año, y en aumento?
- Pero, señor, eso es cosa del tiempo, no de...
- ¡Esto es increible!
- Por favor, cálmesé señor...
- ¡No me da la gana de calmarme! Quiero poner esa denuncia y también otra al Estado, por complicidad y consentimiento de hechos que van contra del bien general de la población...
- Está diciendo disparates...
- ...y contra la población en general por lo mismo. Por permitir y fomentar con su consumismo desenfrenado que esta situación empeore cada vez más...
- Señor, tengo que pedirle que se calle y se vaya. Está alterado y alterando a todos.
...

"El Ártico pierde 300.000 kilómetros cuadrados de hielo en sólo un año. Un estudio por satélite calcula que en 2070 no habrá cubierta sólida flotante en verano."
Hoy, en El País.

Zirbêth, achicharradita y cómplice.

ILUSIONES

La frase "de ilusión también se vive", a mi entender, se queda corta. No es que se viva de ilusiones, es que se vive por ellas. Nos hace ilusión tener unos estudios, un trabajo, una casa, un grupo de teatro, una escafandra, un...

Así que no es nada difícil que nos creemos ilusiones. No que nos las hagamos, que es lo que suele decirse. También las creamos aún sin material real para ello. Necesitamos tanto sentir ilusión para/por algo, que ponemos de nuestra imaginación todo eso que la realidad no aporta, no da, no tiene.

Si con algo pasa esto de verdad, es especialmente con el amor. Uno ve un rostro un día, cruza cuatro palabras, y diez minutos más tarde está imaginando a una velocidad que ninguna computadora jamás logrará emular. Desde cómo será el roce de la piel, los besos, el sexo, hasta si les gustará como a nosotros una casa en un acantilado, hijos, viajar... En minutos a veces, otras ocasiones durante días, semanas, meses, nos montamos una vida basándonos sólo en unos pocos datos. Aunque sólo sea que alguien te miró dos veces. Que te pidió el número de teléfono. Que cruzasteis unos besos. No es de extrañar que las relaciones duren nada.

Esto, que seguro que a quien más y a quien menos le ha ocurrido alguna vez, a mí me pasa... mmmm... Decididamente demasiado a menudo. Supongo que mi necesidad de una ilusión es bastante grande.

Lo malo es, como ya imaginaréis, que las ilusiones son más ligeras y volátiles que el plumón de ganso. Y no sé si diría también que su duración es directamente proporcional a la intensidad de la misma.

Y ahora que he soltado unos cuantos disparates, me voy a la cama. Dicen que dormir es bueno para la salud...

Zirbêth.

miércoles, mayo 17, 2006

ABDUCCIÓN Y CITA: DESESPERACIÓN

Pues sí. Mi dormitorio me la ha vuelto a jugar. Se ha zampado alegremente el libro que me estoy leyendo, León el africano. Y como no sé vivir sin leer, he tenido que buscar algo de picoteo. Primero han caído unos comics generosamente patrocinados por G. Y esta mañana, en mi desesperación, he agarrado Desesperación, de Vladimir Nabokov. Permitidme que os torture un poquito y me ría un mucho.

"Mi padre era un alemán de habla rusa, y nació en Reval, donde fue alumno de un famoso colegio agrícola. Mi madre, rusa pura, procedía de una antigua familia principesca. Los días calurosos del verano, lánguida dama envuelta en seda lila, solía tenderse en su mecedora, abanicándose, mordisqueando chocolate, corridos todos los visillos que, impulsados por el viento llegado de algún campo recién segado, se hinchaban como rojas velas.
Durante la guerra, fui internado como súbdito alemán... Negra suerte, la verdad, teniendo en cuenta que acababa de ingresar en la Universidad de San Pertersburgo. Desde finales de 1914 hasta mediados de 1919 leí exactamente mil dieciocho libros... llevé la cuenta. De camino hacia Alemania me quedé colgado durante tres meses en Moscú, y allí me casé. Desde 1920 he vivido en Berlín. El 9 de mayo de 1930, cumplidos ya los treinta y cinco...
Una leve disgresión: este detalle sobre mi madre ha sido una mentira deliberada. En realidad era una mujer del pueblo, sencilla y tosca, sórdidamente vestida con un blusón que le colgaba suelto por encima de las carderas. Hubiese podido, desde luego, tacharla, pero la dejo ahí aposta, como muestra de uno de los rasgos esenciales de mi carácter: mi garbosa e inspirada tendencia a mentir."

Un poco más adelante, el sinvergüenza protagonista de este libro dice de sí mismo...

"Un listo letón al que conocí el año 1919 en Moscú me dijo un día que las nubes de tristeza reflexiva que me asaltaban ocasional e inmotivadamente eran señal segura de que terminaría mis días en un manicomio. Exageraba, por supuesto; durante este último año he puesto plenamente a prueba la notable capacidad de claridad y coherencia mostradas por la mampostería lógica en la que se recreaba mi mente, tan desarrolladísima pero también tan absolutamente normal. Las travesuras de la intuición, de la visión o inspiración artísticas, y demás cosas maravillosas que le han prestado a mi vida toda su belleza, quizá le parezcan al profano el prólogo de una leve chifladura. Pero que no se preocupe el lector; mi salud es perfecta, mi cuerpo está limpio tanto por dentro como por fuera, mi paso sigue siendo ligero; no bebo ni fumo en exceso, ni vivo amotinadamente."

Palabras con las que de un modo que no voy a explicar me siento muy identificada.

Y es que Nabokov, como ya dije en alguna ocasión, es uno de mis dos escritores favoritos. Y me gusta en parte por razones perfectamente opuestas a las que me gusta Tolkien. Sus personajes e historias no son nada moralizantes. Más bien, al contrario, derrochan desfachatez y defectos de lo más humanos, son egoistas, egocéntricos, bastante estúpidos en su brillantez. Pues aunque parecen muchas veces tipos de los que se espera cierta inteligencia práctica, al final no pueden evitar meterse hasta los muslos en cenagosas situaciones de lo más inmorales. A veces, incluso reconociendo la inmoralidad que les embarga, la mostruosidad, si se quiere. No hay aquí ética, ni héroes, ni derroches de valores. Hay, simplemente, una historia muy bien contada. Porque Vladimir es un maestro del lenguaje, crea imágenes de una belleza espectacular que es contrapunto a la fealdad moral de sus personajes. Es contraste constante que hace resaltar aún más la brillantez de sus metáforas, casi imágenes vivas. Eso, por no mencionar que me encanta lo provocador y gamberro que es.

Él mismo decía de sus escritos lo siguiente:

"Desesperación es como el resto de mis libros, no brinda comentario social alguno, ni trae entre los dientes ningún mensaje. No eleva el órgano espiritual de los hombres, ni le señala a la humanidad cuál es la salida más apropiada. Contiene muchas menos "ideas" que esas suculentas y vulgares novelas que tan histéricamente suelen ser aclamadas en el breve paseo que separa la pura propaganda del abucheo. El objeto de atractivas formas o el sueño Wiener-schnitzel que algún vehemente freudiano quizá crea distinguir en los remotos rincones de mis yermos resultará, inspeccionado desde más cerca, un burlón espejismo organizado por mis agentes."
(Desesperación, Vladimir Nabokov, Anagrama 1989)


Zirbêth.

martes, mayo 16, 2006

CANSANCIO... ¿O EL CUERPO CORTADO?

Esta mañana me levanté fatal. Dormí muy poco y con unas pesadillas tremendas. Luego, este maldito calor (sí, sí, sí, hace calor, ¡qué mierdaaa!) todo el día, incluso en la oficina pese al aire acondicionado. Sentía una especie de escalofríos en los dientes, sensación que identifico generalmente con la fiebre y que, ahora mismo, también noto. Sudor y escalofríos, menudo chollo...

Así que creo que me voy a ir a dormir en cuanto cene. Se están cociendo unas patatas que voy a zamparme con mi deliciosa mayonesa casera. Y luego, a dormir, síiiii.

En fin, estoy hecha un muermo. A ver si mañana amanezco mejor.

Zirbêth.

(NI SIQUIERA SÉ CÓMO TITULAR EL POST)

Mi química cerebral, en su línea de tendencias desastrosas, está como cocktelera en manos de un barman algo chapuzas. Me imagino la típica red eletrobiológica de cables y gelatina de película de ciencia ficción de bajo presupuesto, acompañada de ciertos efectos especiales hechos con un Pentium I, donde chispitas y lucecitas se reconcentran en una zona, mientras una música de de pretensiones misteriosas suena en un mal reproductor de cinta magnetofónica.

Será el sobreesfuerzo, que el pobre lo lleva fatal. Aunque, como me temía, el calor ha hecho violento acto de presencia en Madrid y anoche no había quien durmiese sin sueños entrecortados y macarronicos. ¡Qué mal he dormido!

Para colmo, mis alteregos han decidido tener un conciliabulo, y se han pasado la noche murmurando a mis espaldas, pero no lo suficientemente lejos para dejarme dormir en paz. No, no, a ellos les gusta que sepa que están confabulando contra mí. Se ve que lo hace todo más divertido...

Ahora, me iré al trabajo y, tal vez, con algo de suerte, el estar dentro del cenagoso sistema laboral y embutida en mi traje de chaqueta negro en este prejulio, me hagan sudar las endorfinas sobreproducidas y, al llegar a casa esta tarde, me quede frita por cortocircuito y sobrecarga, y Morfeo no me traiga sueños, sino un vacío de serenidad.

Vamos, que no sé qué balrogs ha pasado, pero me ha dado un subidón de ansiedad y, decididamente, a la baraja de poker la voy a sacrificar al primer altar que me mire por la calle. Ahora, me voy a la ducha. Y esta tarde, si eso, hablamos con más calma y menos encriptografía.

O tal vez no.

Zirbêth, en rebeldía.

lunes, mayo 15, 2006

NO PUEDE SER

No puede ser, no es justo. Es demasiado pronto, aún no ha pasado ni un año. Me merezco algo más de tiempo antes de que todo vuelva a empezar y me quede atrapada de nuevo en esa vorágine imparable de noches sin dormir, de agotamiento constante, de sinsentido inexplicable. Necesito al menos unas pocas semanas de tranquilidad, de poder sentarme y pensar sin que se me bloquee el cerebro y ya no pueda decidir sin sentir que todo es un suplicio. Necesito respirar tranquila aún algo de tiempo, sin miedo a las noches interminables de insomnio, de dar vueltas en la cama, de levantarme desesperada, sin encontrar reposo en la noche para esos largos dias de inclemencia y desesperación...

En resumen: necesito que haya algo más de primavera antes de entrar en el desesperante y achicharrante calor del verano madrileño.

Zirbêth.

sábado, mayo 13, 2006

VACACIONES

Me piden en el trabajo que diga ya cuando tengo pensado cogerme las vacaciones, para organizar las fechas y tal. La cosa es que tanto julio como agosto son fechas imposibles, porque ya están más que cogidas. Me deja eso un margen complicado. Creo que no debo cogérmelas en junio, primero porque aún estoy en fase de aprendizaje, y segundo porque preferiría esparar a estar algo cansada para que, al irme de vacaciones, me de esa sensación de gustirrinín vacacional que todos conocemos.

Pero es que, además, lo de tener fecha de vacaciones suele ir relacionado con tener planes para irse por ahí. No es que sea necesario o imprescindible, pero la verdad es que me gustaría coger la mochila y perderme.

Lo que pasa es que no quiero irme sola. Me apetecería ir con alguien, a ser posible alguien especial.

Supongo que pido demasiado...

Ziirbêth, que siguen queriendo hacer ese viaje sentimental a Gerona y a las calles de su infacia.

ECHAR DE MENOS

Echo de menos muchas cosas.

Echo de menos el olor especial de la tierra húmeda, tras la lluvia suave, en primevera, en el campo. Echo de menos las carrot cake, metida en la cama, cogiendo trozos sin cortar con las manos. Echo de menos los largos veranos en la playa en casa de mis abuelos. Echo de menos la cintura y la piel que tenía hace nueve años. Echo de menos conducir mi moto. Echo de menos rezongar en la cama sin sentimiento de culpa por estar dejando sin hacer cosas que tengo que hacer. Echo de menos la brisa fría en la piel sudorosa al ir caminando por el campo. Echo de menos esa sensación al meter los pies recalentados por el caminar en las aguas heladas de un riachuelo. Echo de menos el silencio sólo roto por los pájaros en la mañana. Echo de menos la intensidad de algunos sentimientos. Echo de menos estar sumergida en el mar, y ver mi cabello rojo matizado por la reflexión de la luz en el agua. Echo de menos mi pelo rojo. Echo de menos el tener a alguien con quien caminar.

Echo de menos muchas cosas.

Pero, a las personas, creo que es distinto. O bien las llevo conmigo y, de algún modo siempre las siento cerca, o bien no es que las eche de menos, es que estoy en un sinvivir de añoranza y anhelo.

Y, por fin, claro está, hay a quien no echo de menos en absoluto. Tal vez suene duro, pero es así. No echo de menos a J. porque me maltrató y humilló durante años, por ejemplo. No echo de menos a A. porque es retorcida, manipuladora y siempre hace daño a quienes no le reportan un beneficio. No echo de menos a N, porque nunca llegamos a ser más que compañeros de banca en clase.

Estas cosas nos pasan a todos. Echamos de menos a quienes nos producen felicidad y no echamos de menos a quienes nos dañan o, sencillamente, nos causan algún tipo de perturbación.

Pero sí hay muchas personas a quienes echo de menos, aunque sea con un sentimiento suave y cálido, incluso con cierta resignación. Son tantos, que no podría enumerarlos.

Zirbêth, que te echa de menos.

viernes, mayo 12, 2006

CITA: LEÓN EL AFRICANO

Cita especial para numenoreanos obsesivos.

"Demasiadas veces oigo en los funerales a creyentes, hombres y mujeres, maldecir de la muerte. Sin embargo, la muerte es un regalo del Altísimo y no se puede maldecir lo que viene de él. ¿Os parece una provocación la palabra "regalo"? Es, sin embargo, la exacta verdad. Si la muerte no fuera inevitable, el hombre habría perdido su vida entera evitándola. No habría arriesgado, ni intentado, ni emprendido, ni inventado, ni construído nada. La vida hubiera sido una perpetua convalecencia. Sí, hermanos, demos gracias a Dios por habernos dado el regalo de la muerte para que la vida tenga un sentido; la noche, para que el día tenga un sentido; el silencio, para que la palabra tenga un sentido; la enfermedad para que la salud tenga un sentido; la guerra, para que la paz tenga un sentido. Agradezcámosle que nos haya dado el cansancio y las penas, para que el descanso y las alegrías tengan un sentido. Démosle gracias."

(León el africano, Amin Maalouf, Alianza Editorial, 1988.)

Palabras como estas debieron imponer mucho y llenar de "sentido" la adversidad de muchos en el pasado. Y aunque no carecen de cierto "sentido", a día de hoy no tendría ningún "sentido" mantener esa clase de pensamientos. Como alguien a quien empiezo a conocer diría, "No hay destino, sino voluntad".

Zirbêth.

LO QUE NO TE CUENTAN (PERO YA MISMO TE LO CUENTO YO)

Merith, EstelCones, roles en vivo. ¡Aaaah, qué maravilla! Viajar con la imaginación, dar vida a los sueños y vestirse de esas personas que siempre soñamos ser. Días de ensueño y magia que nos dejan en extasis e inadaptación durante días. Siempre soñando con la siguiente ocasión, siempre pidiendo más a aquellos que de algún modo se sacrifican por regalarnos esos momentos tan especiales...

ÑiiiieeeEEeeecccc*.

Sí, claro. Pero, y luego, ¿quien lo recoge todo? ¿Eh? Porque nadie te ha hablado de que todos esos maravillosos trajes, armaduras, espadas y escudos de pega, ocupan un espacio que se revela muy, pero que muy físico. Vamos, enórmemente físico. Los armarios, atestados, abarrotados. El atrezzo de la caracterización, debajo de la cama, tras las estanterías, sobre el armario.

Días que pasan y los trajes, tras lavarlos, mirándote con reproche desde la silla (en mi caso, una bici) porque no los guardas. Y algunos, porque no los planchas. ¿Y sábéis lo que supone planchar un traje de gala? Pues siendo optimistas, hora y pico y un considerable dolor de espalda y pies. Porque diez metros de tela dan para varios rellenados del agua para el vapor de la plancha. Y consigue un sitio donde, después de la tarea hercúlea del planchado, no se te haga un churro, que diez metros de tela suelen ocupar bástante más de largo que el más caro de tus trajes de chaqueta.

¿Y qué me decís de las cotas de malla y armas no de atrezzo? Porque, claro, cuando lo de ir de medieval te gusta, tarde o temprano te dejas la pasta (y más huecos de la casa) en una señora espada, una cota de mallas, tal vez una de escamas, y la de cuero tachonado, que no falte, por favor. Cascos, coronas, brazales, una lanza que no veas lo que viste, bastones de mando y mago...

Os lo digo yo. Nadie se acuerda de estos "entrañables" aspectos del frikismo hasta que es demasiado tarde. Y, claro, llega el día en que tus padres, tu novia o la pelusa de debajo de la cama se plantan y te mandan a lugares tan pintorescos como el pantano del hedor eterno.

Y no me extraña. Si hasta a mí me dan ganas de automandarme al guano cada vez que tengo que buscar algo en mi dormitorio, o llega el fatídico momento, como hoy, de tratar de meter en un armario a tanto alter ego y, encima, planchadito.

Zirbêth, que cada día encuentra más motivos para querer mantener a su pj vivito y coleando.

* (Sonido del disco (sí, de vinilo) al destrozarse con la aguja)**.



** ¿De verdad hacía falta ese asterisco?

jueves, mayo 11, 2006

ESPERANZA ASSSURDA

No me puedo creer que yo no haya hablado de algo así aún... ¿O sí lo he hecho? Bueno, a lo que iba.

Una, en la vida, tiene amigos como camisetas: de todos los colores, o casi. Desde el amigo buenazo a más no poder al que le caen tortas desde todos los ángulos, hasta el caradura, golfo y listo calisto que siempre se sale con la suya a costa de pisar a otros. Pero, lo que son las cosas, uno les coge cariño, poco a poco, sin darse cuenta y, claro, cuando se confiesan por fin, porque se han dado cuenta de que tú no eres de las que juzga y condena, así, por sistema (que a veces sí lo haces, conste), pues ya es complicado decirles aquello de, "perdona, chato, pero no puedo seguir siendo tu amiga por razones de conciencia y principios*". Si es que ya se han hecho su lugar en tu corazoncito, te hacen reir (parece mentira, pero en mi experiencia, cuanto más golfos, más me hacen reir), tienen un no sé qué de tiernos que te hacen sonreir y no peder la esperanza de que, llegado el momento, cambiarán... La esperanza, es lo que tiene, la joía.

Bueno, hasta ahí, cuela. Porque he tenido montones de amigos golfos, sinvergüenzas, y demás, y al final han sentado cabeza y dejado la máquina de chulear (que no es la moto) colgada en el perchero de casa (justo al lado de donde otras han cogado...). Y por quienes han cambiado, lo que son las cosas, o les conocían y sabían perfectamente de qué pie cojeaban, pero siempre se resistieron y les censuraron (típico "es la única que se me resistió"), o no sabían nada y se convirtieron, ellas, en las depositarias de la imagen cándida que de sí guardaban como ideal inalcanzable en algún oculto rincón...

Vale, hasta ahí, aceptamos barco.

Pero ya la cosa cambia cuando llega el día en que el amigo golfo, que te ha hecho confidente de sus correrías, que ha pormenorizado todas sus conquistas, correrías y devaneos, ese amigo, por algún oscuro misterio que la ciencia no alcanza a explicar, se convierte en "causa" de tu amor.

No, chica, no. No va a funcionar, y no merece la pena siquiera que lo imagines, ni de reojo. Tú no encajas ni en la que se resiste, ni en la que le devuelve la imagen angelical. Tú, de algún modo retorcido, eres un colega de correrías. ¿Y por qué? Pues porque le has consentido, le has "reído la gracia". Y eso, en su pequeño cerebro, es tanto como ser como él. No le sirves para su personal regeneración. Porque, en el fondo, al pensar que eres un colega de correrías, que eres de algún modo como él, la ecuación se desequilibra y no consigue que seas ni la madre que le regañaba, ni la inocencia perdida que le devuelve a su ser.

Así que mejor, ni lo intentes. No, no, ni se te ocurra. Está destinado al fracaso, al más estrepitoso y doloroso de los fracasos. Porque, encima, pretenderá que sigáis siendo amigos. Total, si tú le conces, le entiendes, ¡si hasta tenías que habértelo imaginado! Ellos, sólo siguieron su instinto. Póbrecitos, si es que no pueden evitarlo...

Por eso, lo de las esperanzas estas reformadoras, mejor lo dejamos estar. Que no es plan de que, a una, la chulee precisamente uno de sus amigos. Mejor, dejemos que nos amarguen los desconocidos, y disfrutemos de esas risas que los amigos golfos, y la complacencia a la que lleva no saberse sus víctimas, proporcionan.

Zirbêth.

* Os juro que iba a poner algo interesante, pero se me ha ido de la cabeza...

martes, mayo 09, 2006

MORIR DE SUEÑO

Es toda una experiencia.

Los lagrimones derramándose sin embarazo por unos lagrimales enrojecidos, punta de flecha de las estrechas líneas formadas por unos párpados casi cerrados que ni la más ferrea voluntad logra mantener bien abiertos. Los movimientos de cabeza basculantes incontrolables, delatores del cansacio ante ojos indiscretos, espectantemente indiscretos. La torpeza, de movimientos que acaban tirando y rompiendo objetos más o menos apreciados, de palabras que no alcanzan a expresar lo deseado y son fuente de malos entendidos. De pensamientos que potencian y magnifican la mala memoria, el estado de nervios absurdos y, sobre todo, la falta de reflejos para casi todo.

Es decir, que me voy a la cama hoy así, tal cual, sin cenar, sin pasar por la casilla de de salida y sin cobrar las veinte mil pesetas.

Morfeo, ¡allá voy...!

Zirbêth, que a falta de brazos más tangibles, se conforma con los de El señor de los Sueños. Sandman...

CURIOSA COINCIDENCIA

Hoy caminaba a la salida del trabajo con S., mi compañera. Ella habla muchísimo, muy rápido, y a veces demasiado bajito para esta "abuela" medio sorda y despistada. El tráfico, encima, dificulta que la escuche bien. Por cierto, que sospecho que en parte mi mal oído se debe a que hablo con gente bastante más bajita y el sonido no me llega.

La cosa es que hablábamos, para variar, del trabajo. No ya del nuestro, sino del trabajo en España. De lo mal que está. De la barrera de los mil euros, de los abusos de unos y otros.Y las comparaciones con otros países salieron a la palestra, primero acerca de los trabajos y luego pasando a otros temas.

Y fue curioso descubrir que ella tiene una opinión similar acerca de uno de los defectos de los españoles.

Que esté país sería mucho mejor sin tanta envidia.

Zirbêth.

lunes, mayo 08, 2006

MUCHO MEJOR

Decididamente, no necesito ningún mantra. Tengo una cosa mucho mejor:

Voluntad.

Zirbêth.

MANTRA

No te precipites.

No te precipites.

No te precipites, no te precipites, no te precipites....

Zirbêth.

domingo, mayo 07, 2006

MENOS MAL

A veces, la vagancia me supera y me quedo en casa pasando de casi todo. Ayer mismo, sin ir más lejos, y como me sentía regular a causa de un resfriado de esos mitad fiebre y mocos, mitad agotamiento, me pasé la tarde viendo capítulos de series inquietantes, en la camita, mientras mis pies recuperaban un volumen más cercano al real.

Pero el fin de semana pasado, casi me pierdo Efeyl por el maldito cansancio. Menos mal que El Destino quiso que los planes de salida temprana se retrassen y me diese tiempo a dormir muuuuchas horas. Y digo menos mal, porque me hubiese perdido una gran aventura y el ver a un montón de gente que conozco y a la que apenas tengo ocasión de ver.

Acabé, por supuesto, agotada, pero mereció la pena. Y eso que hubo algunas cosas que no salieron del todo bien. Las cabañas, por ejemplo, dieron mil anécdotas. La mía, sin ir más lejos, me sometió a dos noches de sauna intensiva, sobre todo la primera noche. Apenas dormí tres horas y media, porque me cocí en mi propio jugo, y eso que en un momento dado abrí la puerta y me quedé allí enfrente, en ropa interior, hasta que recuperé una temperatura por debajo de la de ebullición. Sí, me daba igual que alguien me viese. Fue espantoso, qué caloooor.

La partida no estuvo nada mal, y eso pese a que demasiada gente se pasó los dos días susurrando y no hubo demasiada verdadera interpretación. Aunque hubo momentos geniales, como el paseo con los ojos vendados por el mundo feérico para pedir una audiencia con el rey de las hadas (qué gran momento, aunque hubiese sido muuuucho mejor si la gente se hubiese metido en su papel de verdad y se hubiesen dejado de bromitas y demás; y entono el mea culpa, que yo también hubo un primer momento en que hice el moñas)).

Pero, sobre todo, está el hecho de poder ver a amigos que hace meses que no ves, algunos incluso llega a un año. Y conocer gente nueva, gente que vive en ciudades distintas a la tuya, pero que atraviesa media piel de toro si hace falta para poder sumergirse en estos saltos espaciotemporales y disfrutar de unas horas de teatro improvisado, que es a fin de cuentas de lo que trata el rol (palabra vilipendiada salvo en campos como la psicología y algunas técnicas de distensión empresarial). El que nunca lo haya probado, no sabe lo que se pierde. Sobre todo, en vivo. Yo es que jugué por primera vez con doce años y, sinceramente, espero poder seguir haciéndolo mucho tiempo más.

Zirbêth, aka Amae Dabra.

sábado, mayo 06, 2006

MADRUGADA

Es más de la una cuando por fin descruzo las piernas, empujo la silla y me levanto. Ha sido extraño esto de llegar a casa con el firme (fálsamente firme) propósito de disfrutar de un rato de bici y cine, y soledad, soledad, para acabar hablando horas y horas.

No es algo que me suceda a menudo. No en los últimos tiempos. Mucho hace ya que dejé de frecuentar chats, salvo para hablar con amigos ya de muchos años. Y, lo confieso, últimamente paso por una de esas fases mías de aislamiento del mundo, de casi autismo.

Me apatece llegar a casa, cambiarme, encerrarme en mi habitación, salvo para un chascarrillo ocasional con el elfo o el enano. Leer, ver películas. Soledad, soledad, soledad.

Escribir, escribir, y soñar, despierta y dormida. Tal vez suene absurdo, pero últimamente echo de menos aquellas largas tardes y noches en Valinor, sola, frente al ordenador, acompañada de un carrot cake y con una película en versión original de ruido de fondo.

Pero hoy he llegado, me he sentado a mirar el correo, y ha hecho falta que el estómago me diese patadas para conseguir darme cuenta (realize, me encanta esa palabra) de que seguía con el traje de chaqueta puesto, los zapatos de oficina, sin cenar, sin soltarme el pelo siquiera (literalmente).

En fin, no voy a quejarme. Es justo precio por una buena conversación, o más...

Zirbêth.

martes, mayo 02, 2006

NAIA

Anoche abandoné Naia. Aún no he vuelto del todo, pero eso es algo a lo que una acaba acostumbrándose. Es muy difícil la adaptación tras el salto espacio temporal. Algo así como lo que les ocurre a los que se sumergen a grandes profundidades. Necesitan un periodo de adaptación en cámaras especiales. El choque con la realidad es bastante arduo de llevar. Primero, porque a uno le duele todo el cuerpo, sobre todo los pies. Segundo, porque de algún modo el cerebro ha olvidado muchas de las cosas que parecía saber, dominar, tener automatizadas. Ya he hablado de esto antes.

Casi me matan. He sobrevivido de pura chiripa. Una emboscada nocturna que acabó con la vida de Isildur casi se me lleva a mí por delante. Y desde ese momento, la Muerte me persiguió todo el tiempo. Amae Dabra ha cambiado. Los hechos vividos estos días la han marcado más aún que el fuego en la cara por la acusación de alta traición que antaño sufrió. Un doble sentimiento se apodera de ella y ya jamás volverá a ser la misma.

Sólo el tiempo dirá qué le depara el Destino.

Zirbêth, post-efeyl.