(NI SIQUIERA SÉ CÓMO TITULAR EL POST)
Mi química cerebral, en su línea de tendencias desastrosas, está como cocktelera en manos de un barman algo chapuzas. Me imagino la típica red eletrobiológica de cables y gelatina de película de ciencia ficción de bajo presupuesto, acompañada de ciertos efectos especiales hechos con un Pentium I, donde chispitas y lucecitas se reconcentran en una zona, mientras una música de de pretensiones misteriosas suena en un mal reproductor de cinta magnetofónica.
Será el sobreesfuerzo, que el pobre lo lleva fatal. Aunque, como me temía, el calor ha hecho violento acto de presencia en Madrid y anoche no había quien durmiese sin sueños entrecortados y macarronicos. ¡Qué mal he dormido!
Para colmo, mis alteregos han decidido tener un conciliabulo, y se han pasado la noche murmurando a mis espaldas, pero no lo suficientemente lejos para dejarme dormir en paz. No, no, a ellos les gusta que sepa que están confabulando contra mí. Se ve que lo hace todo más divertido...
Ahora, me iré al trabajo y, tal vez, con algo de suerte, el estar dentro del cenagoso sistema laboral y embutida en mi traje de chaqueta negro en este prejulio, me hagan sudar las endorfinas sobreproducidas y, al llegar a casa esta tarde, me quede frita por cortocircuito y sobrecarga, y Morfeo no me traiga sueños, sino un vacío de serenidad.
Vamos, que no sé qué balrogs ha pasado, pero me ha dado un subidón de ansiedad y, decididamente, a la baraja de poker la voy a sacrificar al primer altar que me mire por la calle. Ahora, me voy a la ducha. Y esta tarde, si eso, hablamos con más calma y menos encriptografía.
O tal vez no.
Zirbêth, en rebeldía.
3 Comments:
¿Calor?
Ya lo has dicho dos veces recientemente y yo no he sentido nada por las noches.
O se me ha estropeado el termostáto, que todo pudiera ser, o esto de vivir en la sierra tiene sus ventajas.
¬¬
Creo que te odio.
Nos estamos torrando.
exagerá...
Baya, durmiendo con el nórdico de primavera :D
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