viernes, mayo 12, 2006

LO QUE NO TE CUENTAN (PERO YA MISMO TE LO CUENTO YO)

Merith, EstelCones, roles en vivo. ¡Aaaah, qué maravilla! Viajar con la imaginación, dar vida a los sueños y vestirse de esas personas que siempre soñamos ser. Días de ensueño y magia que nos dejan en extasis e inadaptación durante días. Siempre soñando con la siguiente ocasión, siempre pidiendo más a aquellos que de algún modo se sacrifican por regalarnos esos momentos tan especiales...

ÑiiiieeeEEeeecccc*.

Sí, claro. Pero, y luego, ¿quien lo recoge todo? ¿Eh? Porque nadie te ha hablado de que todos esos maravillosos trajes, armaduras, espadas y escudos de pega, ocupan un espacio que se revela muy, pero que muy físico. Vamos, enórmemente físico. Los armarios, atestados, abarrotados. El atrezzo de la caracterización, debajo de la cama, tras las estanterías, sobre el armario.

Días que pasan y los trajes, tras lavarlos, mirándote con reproche desde la silla (en mi caso, una bici) porque no los guardas. Y algunos, porque no los planchas. ¿Y sábéis lo que supone planchar un traje de gala? Pues siendo optimistas, hora y pico y un considerable dolor de espalda y pies. Porque diez metros de tela dan para varios rellenados del agua para el vapor de la plancha. Y consigue un sitio donde, después de la tarea hercúlea del planchado, no se te haga un churro, que diez metros de tela suelen ocupar bástante más de largo que el más caro de tus trajes de chaqueta.

¿Y qué me decís de las cotas de malla y armas no de atrezzo? Porque, claro, cuando lo de ir de medieval te gusta, tarde o temprano te dejas la pasta (y más huecos de la casa) en una señora espada, una cota de mallas, tal vez una de escamas, y la de cuero tachonado, que no falte, por favor. Cascos, coronas, brazales, una lanza que no veas lo que viste, bastones de mando y mago...

Os lo digo yo. Nadie se acuerda de estos "entrañables" aspectos del frikismo hasta que es demasiado tarde. Y, claro, llega el día en que tus padres, tu novia o la pelusa de debajo de la cama se plantan y te mandan a lugares tan pintorescos como el pantano del hedor eterno.

Y no me extraña. Si hasta a mí me dan ganas de automandarme al guano cada vez que tengo que buscar algo en mi dormitorio, o llega el fatídico momento, como hoy, de tratar de meter en un armario a tanto alter ego y, encima, planchadito.

Zirbêth, que cada día encuentra más motivos para querer mantener a su pj vivito y coleando.

* (Sonido del disco (sí, de vinilo) al destrozarse con la aguja)**.



** ¿De verdad hacía falta ese asterisco?

3 Comments:

Blogger Guillermo Domínguez Cañizares said...

Yo creo que los Mayas no inventaron cotas "de malla"


}:P

5:57 p. m.  
Blogger Aldebarán said...

Sí, hacia falta el asterisco. ;-)

Eso de llevar los alter ego por fuera es difícil, según lo cuentas. Nunca me había puesto a pensar que tantas horas fabricándote tu traje de Amae Dabra tenían, al final, que tomar su espacio en el armario. ¿Y si pones toda la utilería como adorno en las paredes? Quizá terminaría viéndose todo como salido de la taberna de un peli de época.

9:54 p. m.  
Blogger Baya de Oro said...

a ver, niña, no te quejes tanto que podría ser peor. Te podrían gustar los programas del corazón, que no ocupan sitio físico, pero destrozan las neuronas.

Juntate con alguien del gremio, así no tendrás que escuchar quejas sobre desordenes y cosas raras en los armarios(hacer un bastón de mago a las 4 de la mañana en pareja es de lo más romántico que hay)

Plancha los vestidos al sacarlos del armario, no al meterlos.

comprate una casa con una habitación mas de las que necesites en principio. Así no tendrás que guardar todos los trajes en casa de una amiga ;)

No te hagas tres trajes para una sola fiesta. ¡Presumida!

un abrazo

Baya, que aún te gana en trajes, espadas, armaduras, cascos, escudos, lanzas, tocados.... y cuando quieras hacemos recuento.

9:50 a. m.  

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