miércoles, octubre 17, 2012

MÁS DE DOS AÑOS, LEÑE

Hace más de dos años que no escribo aquí. No me quiero poner trascendental, por no aburriros y porque no merece la pena. La verdad es que ya no escribo. De hecho, hace cosa de tres meses, en un nuevo giro radical a mi vida, empecé otro blog, acto simbólico que, de vez en cuando, me da por llevar a cabo. Como si abrir un blog nuevo fuese a hacer que escribiese, o llenase de significado esos vacíos que quedan cuando uno da un giro de al menos cien grados.

No escribo porque si algo ha cambiado en los últimos dos, cinco, siete años, he sido yo. Creo que la mejor manera de expresarlo es que me he hecho una vieja. He perdido, dejado escapar, abandonado, la magia. No sé, no me encuentro. La frase aquella de "Las amistades peligrosas", cómo era... "No tengo ilusiones, las perdí en el curso de mis viajes...". Sí, era algo así.

Pues no sé muy bien cómo ha pasado, ni por qué. Pero ya no escribo nunca. No ya aquí, en general. Antes, escribía cuentos, o relatos, pero ya no. Me acuerdo cuando pensaba que, algún día, podrá ser escritora, cuando era jovencita, allá por el pleistoceno. He perdido la costumbre, y la poca habilidad que tenía. Echo de menos aquella facilidad con que me salían las frases...

Pero me resisto a cerrar este blog. Tal vez, en un futuro no muy lejano, vuelva a sentir el impulso de escribir, y a tener algo interesante que contar. Vuelva a sentir esa necesidad de compartir mis pensamientos con alguien.

Tal vez...

Zirbêth.