EL DEBATE... DE VERDULEROS
Algunos amigos se sorprendieron de que no quisiese ver el debate entre Zapatero y Rajoy. Supongo que cabría esperar que lo hubiese visto, como también que estuviese hablando bastante de política estos días. Sin embargo, no he hecho ni lo uno ni lo otro, hasta el momento.
Sobre el debate: si se hubiese tratado de un debate político, a lo mejor lo hubiese visto. Pero no hacía falta mucho pensar para darse cuenta de que tal debate no iba a ser precisamente político, sino más bien una riña de mercado entre verduleros zafios. Esta campaña política, salvando el debate entre Solbes y el tipo ese nuevo del PP, no está siendo una campaña política: más bien parece que se trate de uno de esos programas de telepredicadores donde los dos partidos tratados por la prensa como únicos se lanzan acusaciones e insultos a la vez que nos piden que les votemos en una especie de acto de fe, porque lo que son los programas políticos brillan por su ausencia. Lo único que lanzan son promesas absurdas al aire de lo que ese día más se cotiza: que hay mujeres maltratadas, pues promesas sobre el tema; que algo de los inmigrantes sale a la palestra, rápidamente salen al quite para prometer el oro o la expulsión del moro... Y así, con todo.
Lo siento, pero mi voto está más que decidido, y no pienso creerme ninguna de las mentiras que se dedican ellos y la penosa prensa española en promover desde sus distintos palcos, ya sea en forma de promesa estúpida, irrealizable y que olvidarán en cuanto se sepan el resultado de las urnas, ya sea en forma de datos falseados, maquillados, manipulados. Y la peor mentira de todas, el voto útil. La derecha, que lo tiene institucionalizado y, encima, garantizado, ya que no hay ningún partido de derechas no nacionalista que de una alternativa al PP. La pseudoizquierda del PSOE, con el cuento del miedo a que la derecha se vuelva a hacer con el poder.
No me creo nada de esos dos. A fin de cuentas, ambos son de derechas, uno más salvaje que el otro. Si queremos un verdadero giro a la izquierda, a políticas más sociales, al aumento de libertades, etc., no queda otra que votar a la izquierda, sí, pero no al PSOE.
Pero no diré más. Ya lo hacen otros mucho mejor que yo. Si algyien tiene interés en saber más de mi postura y elección, que se pase por III República. Hugo se expresa como yo no soy capaz acerca de los procelosos mares de la política (ja) española.
Zirbêth, hasta el moño de PP y PSOE.