EFECTOS SECUNDARIOS
Hoy, después de haber dormido como diez horas por la noche y otras cuatro en una especie de siesta de antes de comer (cosa que hemos terminado haciendo a las seis y media), M. algo sorprendido por lo cansada y dormilona que estaba me ha interrogado un poco. Tras balbucear una respuesta inconexa y bostezante, se le ha ocurrido que leyese el prospecto de mi medicación a ver si eso de que me canse tanto y de mis panzadas de dormir tenía algo que ver con ella. En efecto: cansancio, somnolencia o insonmio, sudoración excesiva... Estos y otros efectos secundarios están presentes en mi vida diaria. Un auténtico latazo, y más ahora que tengo pareja y me gustaría poder compartir tiempo con él... despierta. Supongo que debo volver a plantearme lo de dejar la medicación, esta vez con más cuidado y pidiendo a mis personas queridas que me ayuden. Me da miedo, para qué vamos a engañarnos. Los efectos secundarios son una mierda, pero es mucho peor que tu cerebro no funcione en condiciones.
Me da cierta pena, además, que llegue el fin de semana, y en vez de dedicarme a hacer cosas que me apetezcan de verdad, o incluso que debería, tenga que dedicar buena parte de mi tiempo al más básico de los descansos. Como, además, parte, buena parte de mi tiempo los findes se lo dedico a M., cada vez escribo menos, y juego menos. Aunque, debo decir, los efectos secundarios de haberle encontrado y que sea parte de mi vida me preocupan, en el fondo, muy poco.

Zirbêth, ennoviada.