REMOVER CONCIENCIAS
No sé si será cosa de lo idiotizante que está la tele, de lo mal que anda el sistema educativo, de que los padres cada vez pasan menos tiempo con los hijos, pero cada vez cuesta más hacerse entender.
Para ejemplo, un botón. La anécdota de ayer no era más que eso, una anécdota, de cuando tenía unos 18 años, para ser exactos. Un ejemplo de las raras ocasiones en que he sido capaz de aplicar el refrán que dice "más vale una vez colorá, que ciento amarillo". Hay demasiada gente a quien decir las cosas en tono normal no le sirve, que no se entera de las indirectas, pero tampoco de las directas salvo cuando son francamente bordes. Será que no soy católica apostólica romana, pero lo de poner la otra mejilla no me va. Tampoco suelo tomar represalias más allá de evitar la compañía de quien se ha mostrado ofensivo conmigo o ha traicionado mi amistad. Pero, como no soy perfecta y lo sé, y las respuestas humanas dependen en buena medida de los estados anímicos, a veces soy borde. Luego, hay ocasiones en que me arrepiento, pero hay otras en que me quedo de lo más a gusto y sonriente. Y esa fue una de ellas. No me gusta la violencia, pero a veces la uso, aunque sólo sea verbalmente.
Si amor con amor se paga, los malos tratos, la grosería, etc., a veces no han de ser menos. Ese día, me pilló "inspirada".
Zirbêth.
1 Comments:
Un abrazo, amiga mía.
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