POR SI ACASO

Me gustó desde la primera vez que le vi. Durante meses, me dije a mí misma que era un criajo, que no me interesaba, que seguramente era sólo atracción física. Sin embargo, cuando finalmente la evidencia me hizo abandonar la resistencia, lo primero que hice fue descartar que hubiese alguien más. Los indicios me hicieron pensar que al menos podía haber dos chicas en las que él estuviese interesado o que estuviesen interesadas en él. Así que, antes de dar ningún paso (salvo soltarle vaciladas constantemente, aunque eso lo hago con mucha gente, la verdad), hablé con las candidatas que pensaba que estaban interesadas en él. Una me dijo claramente que no, y la otra resultó ser una ex de mucho tiempo antes y me aclaró que no, que aquello era agua pasada.

Si hubiese habido otra mujer implicada, aunque fuese remotamente, me hubiese abstenido. Me lo hubiese quitado de la cabeza. Algo así como con el tabaco, que si el tipo fuma, ya puede ser encantador y maravilloso, que deja de interesarme. Así de sencillo: si hubiese habido otra chica de por medio, me lo hubiese quitado de la cabeza. Lo demás, es historia, ya lo sabéis.

Aunque la tele y sus series ñoñas se empeñen en ponernos ejemplos de lo que no hay que hacer y sus consecuencias por el sistema de "se arma el lío y escarmiento sólo cuando me hacen la putada a mí", yo lo aprendí sin pasar por ello. Cuando era mucho más joven, asocial y vivía peligrosamente, dada mi experiencia con los hombres, yo sólo tenía amigos y, si dejaba que alguno se acercase más a mí, me aseguraba de que fuesen chicos con novia. Sí, lo sé, soy lo peor. Pero era mi manera de asegurarme de que no se colgarían conmigo. Líos esporádicos, amigos con derecho a roce, relaciones de levedad. Aunque hice grandes amigos, la verdad es que, a toro pasado, no me siento orgullosa de ello. En parte, era autoprotección, en parte revancha (absurda) contra las mujeres. Una de ellas me la jugó tan bien jugada, que me volví enemiga de mi propio sexo. Procuraba, sencillamente, no tener relación con ellas. Mis experiencias con las amistades femeninas fueron lamentables hasta hace unos pocos años.

Luego... Luego, supongo, maduré. Así de sencillo (y de complicado). De repente, lo vi con claridad meridiana: todo ese enfrentamiento entre nosotras, ese triste tópico de las mujeres que no se respetan entre ellas (los chicos, ya se sabe, son más nobles [JA JA]) y que se enfrentan y se vilipendian constantemente entre ellas, no era más que una muestra clara del divide y vencerás del machismo. Creedme cuando os digo que, a veces, me asombra haber sido capaz de reconciliarme con mis congéneres humanos.

Decidí cambiar. Decidí ser amiga de mis amigas, empezar a tener amigas de verdad y alejarme del tópico cuanto más, mejor. Si alguien me dice que es que las mujeres somos lo peor por como nos tratamos entre nosotras, rechazo el tópico de plano. Yo no quiero ser así. Conozco a mogollón de mujeres que no son así y trataré de que mis relaciones de amistad femenina sean tan nobles y sinceras como siempre se ha atribuído como característico de la amistad entre hombres.

Por eso nunca me acercaré a un hombre que tenga novia a sabiendas de que la tiene; si alguien me gustase, me aseguraré de que no tenga novia o una historia a medias; no quiero jamás que mi felicidad cause infelicidad a otra mujer; si alguna vez me gusta el novio de una amiga (cosa que me extrañaría) hasta el punto de hacerme dudar, tengo claro qué hacer: me sinceraré con ella y me quitaré de enmedio; si alguna vez algún tío muestra interés por mí y resulta que tiene novia, que asuma que la respuesta va a ser un NO tajante.

¿Categórica? No. Simplemente, ética. Esto que digo es una mezcla entre fomento de la lealtad y eso tan manido de "no hagas a nadie lo que no quieras que te hagan a ti". No soy perfecta, he hecho cosas de dudosa moralidad y de las que me arrepiento. Pero soy capaz de reconocer mis errores e ir superándolos y mejorándo. Aunque sea poco a poco, de uno en uno. Aunque algunas cosas no me atreva a reconocerlas del todo. Pero sé que, algún día, las afrontaré.

Reflexiono mucho.

Zirbêth.