lunes, marzo 31, 2008

PROBLEMAS EN EL CURRO (post muy largo, aviso)

Como me ha dicho mi madre hace un rato por teléfono, muchas empresas ponen al mando a los que se llama un psicópata organizativo (era así, ¿no, mami?), tipos que emplean el acoso y la amenaza sistemáticamente como medio para controlar a los empleados. Hay gente que se aisla de esto y no le afecta, pero ese no es mi caso.

Desde Fitur, el director general ha estado tratándome cada vez peor. Empezó mareándome: me pedía una cosa y cuando se la entregaba me decía que eso no era lo que me había pedido y que se lo hiciese de otra manera. El "no te enteras" estaba continuamente en sus labios. Cuando yo le pedía que fuese más específico, me contestaba que con mi edad uno esperaba que ya supiese ciertas cosas. Es decir, si no pregunto, lo hago mal porque no pregunto y tengo demasiada iniciativa, y si pregunto es que no tengo ni idea y a mi edad ya debería saber... lo que sea, que tampoco lo especifica. Cuando trato de explicar alguna cosa, me interrumpe sistemáticamente alegando que no me sé expresar, que no me entiende, que no sabe a dónde quiero ir a parar. Si no hablo y le doy la razón, me insulta nuevamente diciendo que no tengo ni idea, que soy una cría, etc.

Por ejemplo, tras Fitur me pidió que hiciese un informe sobre como había ido la feria. Le pregunté qué quería exactamente que le contase, y me dijo que todo. Le dije que si quería que le contase mi impresión general, y me dijo que sí. Cuando lo hice, me dijo que eso no era un informe porque no le decía qué empresas eran las que había captado, etc., y que lo que le contaba le daba igual. Yo ya tenía también el informe de las empresas, así que se lo di. Por supuesto, tuve que interrumpir todo el trabajo para hacerle eso, pero ¿acaso no es el jefe jefazo?

Más o menos a la vez, me pidió que le hiciese un archivo con las empresas anglófonas. Le pregunté que cómo lo quería y que para qué, porque yo estaba hasta arriba de trabajo, y porque esa información está en la base general de datos (aunque no actualizada en muchos casos). Yo ya tengo un archivo tal en mis carpetas de outlook, donde almaceno toda la correspondencia. La tengo hecha por continentes, países y ciudades, siguiendo el ejemplo de mi jefe directo, el director comercial. Me dijo que eso no servía para nada, que le hiciese un archivo tipo tabla. Le pregunté que cómo lo quería, pero no me dio indicaciones claras, así que le sugerí hacerlo siguiendo el mismo esquema con que lo tengo en el outlook, pero en una hoja de cálculo, e incluyendo persona de contacto, e-mail y página web. Me dijo que vale, que lo hiciese así. Me di una mano tremenda de trabajar, pues la base de datos tiene mucha información obsoleta, o sencillamente no la tiene. Comprobar esos datos y añadir los que faltaban me llevó una semana (sin dejar de hacer mi trabajo de agente de receptivo y de comercial, claro). Cuando por fin se lo entregué, me dijo que no le servía lo de las ciudades y estados, que ocupaba mucho sitio y que era una pérdida de tiempo. Que no era práctica y que perdía mucho tiempo. Que ya era mayorcita para darme cuenta de esas cosas. Además, cuando me pidió la lista, le dije que esa información ya estaba en la base de datos o no estaba, y que a mí no me hacía falta, porque él en un primer momento dijo que era para que yo trabajase mejor. Luego, me dijo que no era sólo para mí, ni para él, sino para todo el mundo. Cuando la terminé, le pasé a mis compañeras de receptivo anglófono la lista que había elaborado, y me montó un pollo por hacerlo porque "eso era información confidencial". Ya, claro. Información de la base de datos y que he encontrado buscando en Internet, confidencial. ¡Tócate un pie!

Algo más tarde, ofrecí mi ayuda al departamento de facturación para reclamar el pago de unas facturas en el extranjero: me encargué de la parte de la correspondencia en inglés, y ellos me dieron los archivos adjuntos para las reclamaciones. Días más tarde, el director me montó un pollo porque yo no había repasado los datos de facturación que me habían dado para adjuntar, y al parecer estaban equivocados. Aluciné. Si es un error de facturación, ¿por qué no le reclamas a facturación?

Esta misma semana pasada, vino de visita una comercial de una empresa de Bélgica. El director me llamó a su despacho para que estuviese presente, un "detalle", porque en siete meses es la primera vez que me presenta a nadie. La comercial hablaba inglés, pero entendía más o menos el español. Durante la conversación, ella nos dijo que no hacía falta que le enviásemos confirmación escrita de las reservas, pues sólo nos piden excursiones regulares y basta con que le avisemos si alguna se suspende, o lo que sea. Entonces, el director interrumpió y me preguntó que para qué enviamos confirmaciones escritas: "porque así nos queda constancia de lo hecho, a ellos también y sirve para tener resguardo con el que cubrirnos las espaldas". Eso pretendía responderle, pero a media frase me interrumpió para decirme que no le estaba respondiendo, que no me centraba, y me repitió la pregunta, aunque por supuesto no me dejó responder y me interrumpió dándome a entender que aquello era innecesario. Entonces, le comentó en un inglés de lo más chapucero a la comercial belga que es que desperdiciaba mucho tiempo y papel enviándole la confirmación. Sí, enviándole YO, como si lo de confirmar las reservas me lo hubiese inventado yo y fuese cosa mía el hacer carpetas con el material de los expedientes escritos. Nuevamente, trató de ningunearme y hacerme quedar mal.

Esto ha sido más o menos intermitente, hasta la semana pasada. La semana pasada ha sido constante y cada vez más virulento. Ha sido, sencillamente, insoportable. La cosa es algo complicada de contar, pero trataré de hacerlo.

Como recordaréis quienes leeis mi blog, en Navidad pillé una neumonia que me dejó tirada un montón de días. A la baja sumé tres días de vacaciones, que encadenando fiestas, tomaron del treinta de diciembre (el sábado veintinueve tuve guardia) al siete de enero, ambos incluídos. Me reincorporé el día ocho.

En mi curro, hay clientes que tienen línea de crédito para pagar, y hay otras que son de prepago. Teóricamente, las empresas prepago tienen que haber ingresado el costo de los servicios entre diez y cinco días antes del inicio de los servicios reservados. Teóricamente. Porque, en la realidad, siempre se espera hasta la tarde antes para cancelar las reservas (si se incurre en gastos, se cancela antes), con la esperanza de ganar la pasta prometida, y muchas veces incluso se dan los servicios sin que se haya producido el prepago ni siquiera la tarde antes, pues se confía en que finalmente paguen. Incluso se hace eso con empresas que, dentro de la modalidad de prepago, están en riguroso efectivo: es decir, se supone que nos deben mucha pasta y que no se les pasa la mano ni un día. Una vez más, se supone.

Pues bien, cuando me reincorporé el día ocho de enero, me encontré un expediente de esos de riguroso efectivo que no se había cancelado cuyos servicios empezaban el nueve, y me pidió el jefe de receptivo que enviase otro e-mail reclamando el pago. Durante mi ausencia, los clientes habían dicho que tenían saldo a su favor y que no tenían que pagar, y una compañera, por orden del jefe de receptivo, les dijo primero que sí, y luego que no, al desmentir lo del saldo a su favor el departamento de contabilidad.

El cliente en cuestión es de Australia, así que si yo le envío un e-mail, es imposible que me respondan antes del día siguiente (contestan de noche, y yo me encuentro la respuesta por la mañana). Pero como mi jefe de receptivo me dijo que les escribiese de nuevo, yo les envié la enésima reclamación y esperé respuesta... en vano. Se dieron los servicios y no pagaron.

Cuando lo hablé con el jefe, me dijo que era una putada, pero poco más. Se lo conté a otro jefe, el de contabilidad, y me dijo que tendrían que haberme advertido, y qué tratarían de cobrarlo. Se lo conté a mi jefe directo, el director comercial, y me vino a decir más o menos lo mismo. Sin embargo, una compañera dijo que ella tenía el número de la tarjeta con la que pagan habitualmente, y dijo que ella les había cobrado en otra ocasión en que no querían pagar porque decían que habían anulado los servicios, cosa que no era cierta, porque se demostró que habían tomado los servicios (era ese dinero supuestamente no gastado con el que pretendían pagar mi expediente). Lo comenté con el jefe de receptivo y hicimos un "si cuela, cuela". Es decir, sin autorización escrita, cobramos de la tarjeta que normalmente usan para pagar los servicios.

La semana pasada, llegó orden del banco de devolver el dinero porque el cliente autraliano alegaba que no habían autorizado el pago. Me puse en contacto con ellos para repetirles que nos debían el dinero y tal, pero como no habían autorizado el pago supongo que a estas alturas el dinero estará de vuelta en sus bolsillos. No se han dignado a contestar ninguno de los e-mail enviados, ni por mí ni por nadie, en todo este tiempo.

Entonces, repasando documentación descubro que no hay rastro escrito del expediente que dicen haber anulado y por el cual tenían saldo a su favor. Cuando les pedimos que nos enviaran prueba de dicha cancelación, alegaron que se estaban mudando y que no la encontraban, y mandaron la de otro expediente posterior y que sí cancelaron (todo esto sucedió mientras yo estaba de vacaciones). Sin embargo, pude rastrear a través del archivo informático esa reserva anterior y comprobar que sí habían tomado los servicios. Lamentablemente, también descubrí que había un error que arrojaba más de cuatrocientos euros en favor del cliente. El expediente de marras pasó por las manos de cuatro personas distintas antes de que yo me pusiese a investigarlo, así que no es de extrañar que haya errores.

Pero aunque tengan ese saldo a su favor, lo que deben es mucho más, y no les da la gana pagar. Entonces, para mi inmensa desgracia, llega a oídos del director general lo del expediente sin pagar, y empieza mi semana espantosa. Me llama a su despacho y me monta un pollo enorme porque tenía que haber cancelado la reserva cuando se cumplió el plazo (creo que de siete días) y no habían pagado, diciéndome que si es que no soy capaz de entender lo que significa prepago y que si no me queda claro que pone siete días en la confirmación. Trato de decirle que sé lo que quiere decir, pero que no se anula nunca en plazo, pero me interrumpe y lo niega mientras sigue insinuando que soy tonta y una niñata. Entonces, le trato de explicar lo que pasó con el expediente, lo del saldo a su favor y tal, y que yo estaba de vacaciones, pero nuevamente me interrumpe. Cuando le digo que he llamado a los hoteles para asegurarme de que se dieron los servicios, me dice que yo no tengo que hacer nada de eso, que si el expediente no está anulado es que no está anulado, y santas pascuas. Le insisto, porque he descubierto el error que arroja el saldo de los cuatrocientos y pico euros a favor del cliente, y me vuelve a decir que no pierda el tiempo en eso. Cuando le trato de decir que ese saldo a su favor reduce la deuda, me dice que no, que la deuda es la deuda, y que como yo no anulé y se dieron los servicios, y él no está dispuesto a pagar esos servicios, que me los va a descontar de mi sueldo. Porque, dice, "esto no es una academia ni una escuela, es un trabajo, y hay que asumir los errores cometidos".

Es decir: que si investigo y compruebo para tratar de cobrar una deuda que amenaza con descontarme de mi sueldo, es perder el tiempo, pero si no repaso las facturas para un e-mail que tan solo estoy traduciendo como favor al departamento de contabilidad, es que no hago bien mi trabajo. El viernes, después de dos días de intimidación y broncas, nos llama al jefe de receptivo y a mí para hablar del asunto, y entonces, ¡oh maravilla!, resulta que sí es verdad que hay clientes a los que pese a ser prepago se les pasa la mano, cosa que a mí me negaba rotundamente mientras insinuaba que no era capaz de entenderlo. Entonces, descubro el que sí es de verdad un error mío: cuando cobramos sin autorización del cliente de la tarjeta, debí haber enviado un e-mail diciéndoselo, y me olvidé. De todos modos, lo mismo hubiese dado, pues sin autorización el cobro se podía reclamar, con o sin aviso.

A estas alturas, estoy furiosa y a la vez temblando de miedo. El director me acusa a mí de haber hecho un acto ilegal al cobrar de la tarjeta, cosa que yo hice a petición del jefe de receptivo y no era exactamente la primera vez que se hacía algo así. Me llama cría, tonta, irresponsable. Me siento como una gilipollas por haberme prestado a cobrar de la tarjeta sin autorización. Con el jefe de receptivo delante, me repite que si no se logra cobrar el expediente me lo descontará de mi sueldo...

No sé vosotros, pero yo cuando me presionan de esa manera, me cabreo mucho. Normalmente, le hubiese cantado las cuarenta allí mismo, y despídeme si te da la gana, que es contrato indefinido y mierda de curros de catorcemil euros al año como este hay de sobra. Pero la situación no es normal. Yo llegué a esta empresa porque Pedro me presentói al director general, con la intención de que hiciese unas cuantas excursiones acompañando al guía para ver si el oficio de guía me gustaría. Fue el director general quien me llamó semanas después planteándome este trabajo que, en principio, iba a ser de comercial anglófono, viajando a ferias y tal, pero que de momento no he salido de la oficina más que para ir a Fitur. Alega el susodicho que aún no me preparada porque no me centro y no conozco el producto. Eso lo dice él, que si sabe cómo funciona su empresa lo disimula muy bien.

Pero, a lo que iba. No puedo cantarle las cuarenta porque Pedro trabaja aquí, y es ya muy mayor y tendría muy difícil encontrar otro curro. Es decir, que si yo "me paso", pueden tomar represalias contra él. Si sólo se tratase de mí, ya le habría mandado bien lejos a barrer desiertos, pero no puedo. Tengo que callarme y tragar con los ninguneos, los insultos y las amenazas.

Cuando cogí este curro, que no busqué y apareció en plan regalo, aún estaba recuperándome de la depresión y, si os digo la verdad, el planteamiento fue más bien el de ver si resistía el ritmo de un trabajo a tiempo completo que el de hacer de él mi trabajo para mucho tiempo. Luego, la verdad, le he ido cogiendo el gustillo. Pero la salud mental y la tranquilidad es lo primero, así que, en cuanto me salga otro curro, me largaré con viento fresco. No soy de las que piensa que más vale malo conocido que bueno por conocer, porque sé de buena tinta que eso es mentira cochina.

De momento, he reformado mi CV para incluir los últimos avances, voy a hacer un master de secretariado ejecutivo y comercial y estoy ya mandándo CVs a través de Infojobs. Tengo en perspectiva una buena traducción y, sí en dos meses no he encontrado nada mejor, recurriré al paro. Pero ningún psicópata me va a amargar la existencia, y menos por esa miseria que me pagan. Una lástima, porque por lo demás casi todo del trabajo me gusta, exceptuando quizás dos o tres personas con las que no me llevo bien, pero tampoco me llevo mal.

Si habéis llegado hasta aquí, muchas gracias. Esta es la razón por la que últimamente no he escrito: no me encontraba muy bien. ¡Pero si ni he jugado al WoW!, jajaja.

Zirbêth, que se ha desahogado.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Bueno chiquilla, capuyos y resentidos hay en todos los lados y parece ser que tu jefe es uno de ellos...

El unico consejo que puedo darte es que no dejes que "su táctica de acoso" te haga mella y baje tu autoestima. Sé tu misma critica contigo mismo y no dejes que lo que te diga ese tipo te afecte (¿que facil verdad?) tu vales mucho mas de lo que ese tio quiere hacerte creer para su conveniencia o propio ego. No dejes que te amilane, que ademas tienes toda la razón en lo de que por el sueldo que te pagan no tienes que tragar con todo.

Para cubrirte las espaldas sigue con lo que has empezado de los curriculums y tambien recopila toda la informacion que puedas que eso luego te lo valorarán en posibles nuevos empleos.

Por ultimo, y para tu salud mental y equilibrio personal aprende a ser cínica y cuando el tio te venga con cosas de esas pon cara tristisima y muestrate muy acongojada (eso es lo que a el le encanta, parece ser) pero por dentro te pasas por el forro sus gilipolleces mientras te repites a ti misma que no vas a sufrir por perder un trabajo tan mal retribuido... (mientras te echa la bronca imaginate a tu jefe con unos gayumbos rosas tambien ayuda si sabes controlar la sonrisa XDDDD).


Bueno un besazo enorme.


Snaga.

9:54 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

bueno guapa, menudo panorama, sé fuerte y no te dejes pisar y si le tienes que denunciar por moobing adelante aunque si dices que te ves pillada porque hay terceros que pueden salir mal parados no sé...
Lo que sí tengo claro es que no te tienes que dejar intimidar y Snaga tiene razón en lo de aprender a ser cínica, es una buena estrategia y si no encuentras un buen curro dímelo y te tiro CV en Menorca, que por aki falta muuuuucho profesional con ganas de trabajar.
Lo dicho, ánimo y cuando quieras descargar furia nos ponemos las pezuñas, nos vamos a matar algun demonio y le ponemos la cara de tu jefe jajajaja :-).
Un beso.
Meldum.

12:50 a. m.  

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