lunes, julio 02, 2007

CALOR

Es lo que he pasado hoy cuando he ido a hacer la declaración de la renta. Porque, en mi línea de ser un desastre burocrático con patas, he salido corriendo para entregarla cuando quedaban quince minutos para que cerrasen. ¡He sido la última! Y los que he corrido. He vuelto a casa veinticinco minutos después, empapada en sudor.

Mañana, iré a Madrid a pasar calor, porque he terminado la traducción y quiero pasarme por el museo del ejército a comprobar unos términos. Así que, a sudar otra vez. Y el miércoles, de nuevo iré a sudar a Madrid, a ver a mi terapeuta. Espero, para esa tarde, ser libre para empezar la siguiente traducción que tengo sobre la mesa, pero esta vez sin tanto agobio de tiempo. ¡Y tengo silla nueva! Un poco alta para mi mesa, que es de las de bandeja baja para el teclado, pero cómoda. Más contenta estoy. Me la ha comprado mi mami.

Esta casa es más fresquita. Se nota según entras por la puerta. Incluso me tapo con mi adorada manta de camping para dormir, a veces incluso en la siesta. Es una gozada. Puedo con el calor durante el día, no me importa sudar lo que haga falta, pero por la noche necesito tregua térmica. Eso de llegar a casa, darse una buena ducha y quedarse fresquito sin hacer nada es de lo mejorcito del verano.

Hay que seguir, sin embargo, adelante. Me muero de ganas de irme a la playa unos días, pero no sé si debo. Necesito trabajar lo antes posible.

Bueno, seguiré los sabios consejos de mi madre, en concreto este: las cosas, de una en una, y una detrás de otra.

Zirbêth.