viernes, febrero 17, 2006

ANOCHE

Anoche, mientras me peleaba con las mangas del vestido y salía, una vez más, derrotada, escuché en Días de cine una frase que, lo lamento, no recuerdo literalmente, pero decía algo así:

"Allí donde impera la ley del más fuerte, tarde o temprano todos caen en la corrupción."

Y a mí, cansada ya a esas horas, se me pasó por la cabeza, ¡qué tontería!, que en el mundo impera esa ley es porque es más fácil doblegar a corruptos que a íntegros, y para quebrantar a alguien íntegro no hace falta más que usar la violencia en el grado adecuado para cada individuo. Así, la fórmula para dominar el mundo es sencilla: ejerzo una violencia que aniquile a unos pocos, mientras que instala en el corazón de la mayoría el miedo, puerta de entrada a la corrupción y, por tanto, al poder en su más sucia versión.

Qué triste.

Zirbêth.