sábado, septiembre 17, 2005

RUNAWAY HAMSTER

Por lo menos, una de las crías se ha escapado esta noche. Al darle un ligero puntapié a una de mis botas de estar en casa, ese característico y peculiar sonido chirriante de defensa ha surgido de sus negras y mullidas profundidades: uno de los enanos me miraba desafiante. Al devolverlo a su jaula, su madre le ha zurrado. No, no era en plan didáctico. Es que estos bichos son tremendamente territoriales y con que pasen unas pocas horas separados ya no se reconocen sino como enemigos. Me ha llevado un rato de "terapia familiar" en mis manos los dos juntos hasta que parece que lo ha reconocido y aceptado. Tengo que deshacerles el nido, muy a mi pesar, a ver si los demás están allí.

Esa jaula, definitivamente, no sirve para estos bichejos.

Zirbêth.