¿ESTARÁ TRATANDO DE DECIRME ALGO?
Os hablaba el otro día de mi bolsillo izquierdo trasero del pantalón. Pero no es la única anécdota bolsillil, aunque algo me hace sospechar qu el responsable aquí no es el pobre bolsillo, sino, digamos, "alguien más allegado". Porque, pese a la eficacia que muestra como guardián de la publicidad callejera, cuando se trata de documentos o papeles importantes de cualquier otro cariz, su eficacia es exactamente la contraria: lo expulsa todo con silencio y profesionalidad. Abonos transporte, tarjetas de empresa, ese resguardo de solicitud tan importante, dinero... Todo, menos la bendita publicidad callejera, oye.
Y yo no puedo menos que preguntarme si no será que mi trasero trata de decirme algo...
Zirbêth.
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