lunes, marzo 14, 2005

SUEÑO DE SIESTA

Últimamente, duermo a horas un tanto inusitadas. Me cuesta dormirme por las noches, me despiertan las pesadillas y me desvelo. Así que, a veces, me voy a dormir en momentos del día que podríamos adjetivar de poco usuales. Hoy, sin ir más lejos, tras haber conseguido dormir sólo cuatro horas y media por la noche, me he ido zombie a clase y me he vuelto a casa a eso de las once y algo cayéndome por los rincones. Ni leer podía en el metro, del sueño que tenía. Lagrimones como canales de riego me aían cada vez que la mandíbula hacía un nuevo intento por descoyuntarse (frecuencia: 15 veces/minuto). Así que he llegado, he cogido un vaso de leche y una palmera de chocolate (sí, del mismo sitio donde el repostero me reconoció tras tres años sin haber aparecido por allí), me he metido media entre pecho y espalda mientras leía titulares y viñetas del periódico digital y me he metido en la cama.

¡Y no he tenido pesadillas! Increíble, he soñado cosas normales y corrientes (bueno, si tener poderes y poder viajar en el tiempo se puede tildar de normal y corriente). Es decir, que las dos horas y media, quizás algo más, me han dejado muy descansada y me he levantado de un humor excelente. Lo cual, es de agradecer, porque no veas que rachita llevo.

En fin, ahora, a ser buena y hacer cosas productivas. Mañana, el último examen hasta... Junio. Menos mal, me tienen aburría.

Zirbêth.