DONDE BEBEN DOS, BEBEN TRES...
Como veis, lo mío con los gatos viene de la más tierna infancia...
Evidentemente, es broma. Esa no soy yo (que a esa edad tenía el pelo negro como un tizón [luego se me cayó y me volví rubia rubísima]), sino Cristy disfrutando del bebedero y la paciencia de sus hermanos gatos. Más aquí.
Zirbêth.
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