lunes, agosto 27, 2007

CERO A LA IZQUIERDA

Lo reconozco: rara vez me duele la cabeza. Tengo suerte en eso. Supongo que la naturaleza me compensa así lo de que me resfríe con tanta facilidad de garganta. Por eso cuando, como hoy, me duele la cabeza en plan salvaje, me quedo más tirá que una colilla. Tercer día consecutivo de viento y nubes, las excavadoras de la obra, haber dormido fatal y estar con la regla, han sido la fatal combinación que me han dejado k.o. El día de hoy ha pasado como si no existiese, como un cero a la izquierda, y pese a las cinco horas de siesta, a mí cerebro el brillo de la pantalla del ordenador, la tele o cualquier luz intensa le resultan taladrantes. Así que me voy a recogerme en la oscuridad.

Zirbêth, pupapupapupa.