jueves, mayo 10, 2007

MADRUGÓN TONTO

Me ha despertado... creo que el ruido de los cajones de la cómoda de la entrada al abrirse y cerrarse. Por supuesto, alguien los abría y los cerraba, no lo hacían ellos solitos. La cosa es que, pese a no ser siquiera las siete, ya no he podido conciliar el sueño. Mierda. Con lo que me gusta dormir. Me temo que es uno de esos días en que, como tengo cosas que hacer, muchas, mi cuerpo está en tensión de preactividad.

Puede ser eso, o que estoy en tensión por otras cosas. Como mi mandíbula. Pendiente de si me llaman para un trabajo. Pendiente de, de no ser así, llamar yo a otro y comprometerme para todo el verano. Pendiente de la maldita mudanza. Casi preferiría tener que hacerla en pocos días, en plan paliza, pero quitármela de enmedio. Me agobia este estar con un pie en un piso y otro en el otro. Eso, por no hablar de la perspectiva de limpiar esa cocina... ¡Tengo miedo!

En fin. A ver si dan las nueve y hago cierta llamada de teléfono y puedo empezar a moverme. Mientras, a controlar a la loca de la casa: la imaginación se me dispara.

Zirbêth, reina de los bostezos.