jueves, noviembre 30, 2006

MANTENIMIENTO DE ESTEREOTIPOS

Me encanta la peli de Disney La bella durmiente. Aunque se la han cargado en la reedición en dvd, al cambiarle las voces de doblaje. Maléfica ha perdido mucho, por no hablar, en general, de los diálogos. Cuando te haces el oído a unas voces, entonaciones y letras de canciones, los cambios, al menos a mí, me abominan. Quizás les deba estar agradecida, dado que soy de las que me enchufo a las mismas pelis una y otra vez.

También me gustan mucho las demás pelis de Disney, Blancanieves (pese a lo pastelosa), La sirenita, La bella y la bestia, etc. Pero eso no quita para que, al analizarla, se me pongan los pelos como escarpias. Los cuentos son lo que se llama clásicos, y como tales traen consigo unas "enseñanzas" de lo más rancias, reaccionarias y retrógradas.

Por ejemplo, si os fijáis, en muchas de ellas los malos son "las malas". El personaje malvado de la peli es una mujer ya mayor, es decir, no fertil, que desea para sí la posición de un hombre. Queda, pues, bastante claro que si la buena ha de ganar es plegándose a las normas masculinas. En La bella durmiente, la princesa Aurora es hechizada por Maléfica, una mujer mayor y poderosa a quien se rechaza, y que actúa por despecho al no incluírsela entre los poderosos. Maléfica no es invitada a la celebración del nacimiento de Aurora, así que se toma la revancha en la más débil. Es decir, Malefica es una mujer soltera, sin una figura masculina que sustente su posición de poder a su lado, que no puede procrear, y que ataca a la hermosa e "inocente" (léase manipulable) Aurora que obedece los convencionalismos limpiando, enamorándose y ansiando como su más alta meta el amor, sin importarle perder su posición. La mujer malvada la priva del amor como modo de privarla de ser mujer. Y Aurora vuelve a ser mujer mediante el beso del príncipe. Hasta que no hay un hombre que la haga mujer, ella ni siquiera existe, dormida más allá del tiempo.

El planteamiento de La Sirenita de Disney es, en realidad, exactamente el mismo. Chica que no es mujer hasta que hay un hombre que la reconozca como tal, de nuevo mediante un beso. Mala esteril deseosa del poder maculino que la suplanta como medio para hacerse con el mismo. Ambas malvadas, Maléfica y Úrsula, ya gozan de poder, pero quieren el poder de un hombre y que se las reconozca: es mucha su pretensión y osadía, y en ambos casos, un hombre jóven las destruye, recuperando el poder para los hombres y haciendo con su beso real a la mujer jóven, manipulable y fertil que encarna la protagonista.

En otras, como Hércules o Mulan, las protagonistas tienen más iniciativa, es cierto, pero ambas caen "en desgracia" al desobedecer a sus padres, y sólo recuperan su posición cuando una figura paternal respetable decide ser magnánimo y devolverles su estatus. De nuevo, el ser mujer aceptable para la sociedad requiere la sanción másculina. Además, en muchas de estas películas, la madre, o ha muerto o es poco menos que una figura difusa y doliente, siempre a la sombra de los maridos o de los reyes a quienes sirven, cosa que también ocurre con las figuras protectoras femeninas que puedan aparecer (como es el caso de las tres hadas de La bella durmiente, o de la madre de Mulan): ellas han asumido el papel que los hombres le otorgan en la sociedad, y es por eso que son buenas.

Así que hay que andarse con mil ojos. El bombardeo subliminal machista es constante y toma las formas más inocentes. Hay que estar en alerta constante y mirar con ojo crítico: al estilo de Will Smith en Men in Black, que cuando le piden que dispare a los malos en una prueba, él dispara a la niña de aspecto inocente en vez de a los monstuosos alienígenas. Porque ¿qué hace una niña de ocho años en la calle a las diez de la noche con un libro de física cuántica? El peligro más peligroso es el que se esconde tras un aspecto inocente. O lo que es lo mismo: las apariencias, engañan.

Inconscientemente, mantenemos esterotipos de mujer que benefician a los hombres, que les mantienen en la posición que desde hace siglos ostentan. Y las mujeres fuertes, las mujeres que desean el poder y luchan por conseguirlo, son una amenaza para ese statu quo: no sólo cuando consiguen de verdad la posición que desean y que para los hombres sólo ellos pueden ocupar, sino porque sirven como ejemplo transgresor para las más jóvenes, dándoles un paradigma distinto a la figura de enamorada abnegada que sólo con un beso de amor despierta a feminidad real.

Y es que, como dice la canción de U2:

"Womam need a man like a fish need a bicycle"

Zirbêth.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Curioso, algo así escribían en un comentario en mi post de los anuncios de TV ofensivos para las mujeres. Me recuerdan el libro "Para leer al Pato Donald" de Armand Mattelart y Ariel Dorfman. Luego de revisar brevemente ese libro, nunca volví a leer las caricaturas del mismo modo

5:16 a. m.  

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