jueves, marzo 02, 2006

CAMBIO DE PAISAJE Y DE PAISANAJE

Esa frase me la han dicho muchas veces, aunque cuando más la escuché fue el pasado verano. Desde agosto, no salgo de Númenor ni me relaciono con otras gentes, y me pide el cerebro un cambio. Necesito respirar otro aire, cambiar las vistas y las conversaciones. Necesito irme unos días y desconectar de todo. Sé que puede resultar contradictorio, pero ahora mismo Madrid me resulta claustrofóbico y siento que esta ciudad se me ha quedado pequeña.

Va a ser sólo un fin de semana, aunque si pudiese, me esparía a hacer el camino de Santiago, o me iría a algún lugar donde fuese pseudoverano y con mar, para pasarme un par de semanas de serenidad, baños, caminatas y, en general, regeneración física y mental.

En días como estos, me dan ganas de buscar curro en lugares como albergues y campamentos, en países lejanos o, al menos, lugares algo perdidos. También me valdría cualquier trabajo que no requisiera contacto con otros seres humanos o sólo un contacto muy relativo. Tengo ganas de cosas muy opuestas: o irme a un lugar donde no conozca a nadie y todo sea nuevo y, digamos, explorable, o de quedarme tranquilamente en casita, sin que nadie me moleste y sin tener que ver a nadie para nada.

Vamos, que estoy cansada y autista. Menos mal que este finde descanso.

Zirbêth.