Siempre he pensado que la envidia destruye al ser humano como persona. Pero he llegado a la conclusión de que es la codicia lo que nos destruirá como civilización.
En mi modesta opinión, la envidia es todavía más nefasta que la codicia. Destruye al que la experimenta y también al objeto envidiado, se difunde por el ambiente y lo empozoña todo. El envidioso codicia lo que no tiene y está dispuesto a lo que sea por conseguirlo. Saludos, Magu.
Como todo sentimiento, forma parte irremediable del ser humano.No podemos eliminarlo sino canalizarlo. No hay que perder de vista el objetivo de ser feliz.Si desear algo que una tercera persona tiene, y conseguirlo nos hace ser más felices, tanto a nosotros como al resto(la eterna paradoja egoísta-altruísta de la felicidad), será afán de superación.Si lo que queremos es despojar a ese otro de lo que tiene, y apoderarnos de ello, caermos en la vorágine del deseo incontrolado, cuyo inicio es la envidia, y cuyo fin no existe pues es insaciable y se nutre de la infelicidad creciente. Así pues de acuerdo en la destrucción del ser humano, como soberano de sus actos en pro de la felicidad propia y ajena, esclavo del deseo de poseer.
Respecto a la sociedad, el clima de egoísmo y consumismo que contagia la envidia y la codicia, ya no como medio, que sería grave, sino como objetivo último de la existencia, sustituye el cerebro por el volumen de la cartera, y conduce ya no a la destrucción del individuo, si no a la destrucción de todo lo que, a lo largo de la historia, el ser humano ha conseguido como sociedad.Y digo sociedad desde el punto de vista humano, no solo como conjunto de factores de producción económicos (visión parcialísima a la que se nos pretende reducir).Hay que encontrarse y saber distinguir entre lo necesario y lo suntuario, y la verdad, tal y como está el patio, difícil lo tenemos. La única salvación es apelar a nuestra característica, única y fundamental, y que hacemos tan poco uso de ella: la inteligencia. Podemos dejarnos llevar, que los demás piensen por nosotros...el camino fácil.Pero a nuestra propia inteligencia no la engañamos, y ella sabe de lo tremendamente infelices que somos de esa manera, a su vez cómoda, fácil y rápida, pero para nada correcta. Hagamos un poco de caso a nuestro intelecto y conciencia.Es el camino duro, largo y difícil, eso es innegable, pero no existe peregrino que no haya tropezado, ni pie sin grieta que haya hollado el camino. Espero que según nos acerquemos a la senda, unos por el monte, otros por el valle, unos por el bosque , otros por el desierto, vayamos encontrándonos cada vez a más personas dispuestas a ser realmente eso, personas. En mi opinión es lo único que nos puede salvar como civilización.
En mi opinion la codicia y la envidia al final vienen a ser lo mismo. El envidioso desea tener de algun tipo de cualidad o bien mas de lo que otros tienen , bien sea porque este pase a tener menos o el a tener mas. El codicioso desea tener sencillamente mas, para lo cual muchas veces los demás deberán tener menos..XD. Al final los resultados....mas o menos los mismos.
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En mi modesta opinión, la envidia es todavía más nefasta que la codicia. Destruye al que la experimenta y también al objeto envidiado, se difunde por el ambiente y lo empozoña todo. El envidioso codicia lo que no tiene y está dispuesto a lo que sea por conseguirlo. Saludos, Magu.
Como todo sentimiento, forma parte irremediable del ser humano.No podemos eliminarlo sino canalizarlo. No hay que perder de vista el objetivo de ser feliz.Si desear algo que una tercera persona tiene, y conseguirlo nos hace ser más felices, tanto a nosotros como al resto(la eterna paradoja egoísta-altruísta de la felicidad), será afán de superación.Si lo que queremos es despojar a ese otro de lo que tiene, y apoderarnos de ello, caermos en la vorágine del deseo incontrolado, cuyo inicio es la envidia, y cuyo fin no existe pues es insaciable y se nutre de la infelicidad creciente. Así pues de acuerdo en la destrucción del ser humano, como soberano de sus actos en pro de la felicidad propia y ajena, esclavo del deseo de poseer.
Pedro Dávila
Respecto a la sociedad, el clima de egoísmo y consumismo que contagia la envidia y la codicia, ya no como medio, que sería grave, sino como objetivo último de la existencia, sustituye el cerebro por el volumen de la cartera, y conduce ya no a la destrucción del individuo, si no a la destrucción de todo lo que, a lo largo de la historia, el ser humano ha conseguido como sociedad.Y digo sociedad desde el punto de vista humano, no solo como conjunto de factores de producción económicos (visión parcialísima a la que se nos pretende reducir).Hay que encontrarse y saber distinguir entre lo necesario y lo suntuario, y la verdad, tal y como está el patio, difícil lo tenemos. La única salvación es apelar a nuestra característica, única y fundamental, y que hacemos tan poco uso de ella: la inteligencia. Podemos dejarnos llevar, que los demás piensen por nosotros...el camino fácil.Pero a nuestra propia inteligencia no la engañamos, y ella sabe de lo tremendamente infelices que somos de esa manera, a su vez cómoda, fácil y rápida, pero para nada correcta. Hagamos un poco de caso a nuestro intelecto y conciencia.Es el camino duro, largo y difícil, eso es innegable, pero no existe peregrino que no haya tropezado, ni pie sin grieta que haya hollado el camino. Espero que según nos acerquemos a la senda, unos por el monte, otros por el valle, unos por el bosque , otros por el desierto, vayamos encontrándonos cada vez a más personas dispuestas a ser realmente eso, personas. En mi opinión es lo único que nos puede salvar como civilización.
P.D.:Saludos a todos, Pedro Dávila
En mi opinion la codicia y la envidia al final vienen a ser lo mismo. El envidioso desea tener de algun tipo de cualidad o bien mas de lo que otros tienen , bien sea porque este pase a tener menos o el a tener mas. El codicioso desea tener sencillamente mas, para lo cual muchas veces los demás deberán tener menos..XD. Al final los resultados....mas o menos los mismos.
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