martes, mayo 10, 2005

ESCLAVITUD DOMÉSTICA (O DIDÁCTICA FEMENINA A LA FACHA)

Extracto de "Sección femenina de la Falange Española y de las JONS -partido único del Movimiento Nacional-, editado en 1958.

Ten preparada una comida deliciosa para cuando él regrese del trabajo. Especialmente, su plato favorito. Ofrécete a quitarle los zapatos. Habla en tono bajo, relajado y placentero.

Prepárate: retoca tu maquillaje, colócate una cinta en el cabello. Hazte un poco más interesante para él. Su duro día de trabajo quizás necesite un poco de ánimo, y uno de tus deberes es proporcionárselo.

Durante los días más fríos deberías preparar y encender el fuego en la chimenea para que él se relaje grente a él. Después de todo, preocuparte por su comodidad te proporcionará una satisfacción personal inmensa.

Mini miza cualquier ruido. En el momento de su llegada, elimina zumbidos de lavadora o aspirador. Salúdale con una cálida sonrisa y demuéstrale tu deseo por complacerle. Escúchale, déjale hablar primero. Recuerda que sus temas de conversación son más importantes que los tuyos. Nunca te quejes si llega tarde, o si sale a cenar o a otros lugares de diversión sin ti. Intenta, en cambio, comprender su mundo de tensión y estrés, y sus necesidades reales. Haz que se sienta a gusto, que se siente en un sillón cómodo, o que se acueste en la recámara. Ten preparada una bebida fría o caliente para él. No le pidas explicaciones acerca de sus acciones o cuestiones su juicio o integridad. Recuerda que él es el amo de la casa.

Anima a tu marido a poner en práctica sus aficiones e intereses y sírvele de apoyo sin ser excesivamente insistente. Si tú tienes alguna afición, intenta no aburrirle hablándole de ésta, ya que los intereses de las mujeres son triviales comparados con los de los hombres. Al final de la tarde, limipia la casa para que esté limpia de nuevo en la mañana. Prevé las necesidades que tendrá a la hora del desayuno. El desayuno es vital para tu marido si debe enfrentarse al mundo interior con talante positivo.

Una vez que ambos os hayáis retirado a la habitación, prepárate para la cama lo antes posible, teniendo en cuenta que, aunque la higiene femenina es de la máxima importancia, tu marido no quiere esperar para ir al baño. Recuerda que debes tener un aspecto inmejorable a la hora de ir a la cama... si debes aplicarte crema facial o rulos para el cabello, espera hasta que él esté dormido, ya que eso podría resultar chocante para un hombre a última hora de la noche. En lo que respecta a la posibilidad de relaciones íntimas con tu marido, es importante recordar tus obligaciones matrimoniales: si él siente la necesidad de dormir, que sea así, no le presiones o le estimules la intimidad. Si tu marido sugiere la unión, entonces accede humildemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es siempre más importante que la de una mujer. Cuando alcance el momento culminante, un pequeño gemido por tu parte es suficiente para expresar cualquier goce que hayas podido experimentar. Si tu marido te pidiera prácticas sexuales inusuales, se obediente y no te quejes. Es posible que tu marido caiga entonces en un sueño profundo, así que acomódate la ropa, refréscate y aplícate crema facial para la noche y tus productos para el cabello. Puedes entonces ajustar el despertador para levantarte un poco antes que él por la mañana. Eso te permitirá tener lista una taza de té para cuando se despierte.

Sacado de "Economía doméstica para bachillerato y magisterio", sección femenina 1958...


Después de leer esto, veo con otros ojos cierta fase del cine español...

Zirbêth.

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Ahora a las jóvenes os hace gracia. A mí me educaron así las monjas con la ayuda de mi madre. Menudo lavado de cerebro, la que no era así encima es que era mala. No me extraña nada lo de los malos tratos. ¿os daís cuenta de la tremenda revolución interior que hemos tenido que efectuar las mujeres de mi generación y paralelamente la exterior para llegar a este punto en que a vosotras os parece de risa todo esto?. A veces el esfuerzo ha sido sobrehumano, cargado de censuras ajenas y de propias dudas.

7:08 p. m.  
Blogger Eowyn Zirbêth said...

A mí, más que gracia, me hace respirar aliviada. Menudo trago os tocó pasar. Pero mejor cerlo con algo de humor, para que el trago pase antes. Es que, vamos, o te ríes o es para llorar...

7:52 p. m.  
Blogger Purgatorio said...

Lamentablemente, estas cosas se las sigue creyendo mucha gente no tan vieja y que no ha vivido esto.

Se sigue pensando que la mujer está para cuidar a los hijos y para darle placer al marido cuando éste llegue a casa.

Con pensamientos así, proporcionados la mayoría por la maldita iglesia católica que tanto daño hace, no me extraña que no evolucionemos hacia nada positivo.

Y para la persona anónima que escribió, relájate, no nos lo tomamos a coña, es que a día de hoy no vamos a estar filosofando sobre este tipo de cosas, mejor con humor que no con mala baba.

P. (Cabreado e indignado acerca de la virginidad mental de muchos y muchas)

8:34 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Dios... qué estrés. Una patada en los mismisimos le deba yo al que pretendiera que fuera la esclava de su casa.

Anda que no nos tenían engañadas...

8:45 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Así funcionaba la familia y el hogar, no como ahora, en que se han perdido las buenas costumbres .. y el respeto a los valores eternos...y si no era bastante con el sermón del falangista de turno, ya estaba el cura para recordarlo desde el púlpito o el confesionario... para que este pais funcionara bien... con orden.. y cada uno en su sitio.. sí señor!

(Dios mío, parece increíble pero por desgracia fue cierto)

9:01 p. m.  

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