CONCILIAR

Es muy difícil, que quereis que os diga, conciliar objetivamente lo que siempre hemos sabido cuando los sentimientos se vuelven más oscuros de lo que desearíamos. Parece que sólo el dolor nos quita la venda de los ojos, pero se me hace a mí que eso tampoco es justo. Lo que uno sabe pero justifica en el amor se vuelve exactamente lo opuesto cuando este se ensucia de rencor.

Pero no siempre es todo un cambio de perspectiva, un aplicar la crítica tras el dolor. A veces, es simplemente que le ves el plumero a alguien. Y se acabó, no hay más que hablar. Lo que es, seguirá siendo, pues no hay nada más efectivo que pensar que no puede cambiarse. Otra víctima más veo en lontananza. O eso, o se aplicará la más que sabida regla del cabroneo.

Yo, me retiro a mis aposentos, ceja arqueada y sonrisa sarcástica. Trataré de no "regocijarme" demasiado tiempo en mi dolor. Creo que es hora de tomar un amante. O dos.

Zirbêth.