martes, mayo 17, 2005

¿CÓMO ESTÁS?

Esa es la pregunta que me ha hecho mi movil cuando, hace unos minutos, le he introducido el código de encendido. Y la respuesta que me ha venido a la cabeza ha sido: "Despierta". Mira que sentir necesidad de responder a un aparato...

Sí, otra vez en el maravilloso mundo de las noches insomnes, de las horas desveladas, de los libros que se acaban y dejan insatisfecha. Que nadie se eche las manos a la cabeza, que estoy bien. Es sólo que tengo el sueño cambiado, que se le va a hacer. Eso sí, juro que mientras esperaba que los tediosos minutos que el ordenador tarda en encenderse y conectarse a la red pasaran, se me ocurrían mil cosas de las que hablar. Como ayer, mientras sacaba de la lavadora el edredón traído de la India y mis manos se quedaban de un tono azulado más propio de un ahogado o asfixiado. Que agradable soy, leñe.

Es más, incluso se me habían ocurrido tropecientos títulos distintos para maravillosos posts con los que deleitaros o, según se vea, atormentaros. Pero nada, ha sido enfrentarme al negro teclado (sí, soy de las que teclean furiosamente con dos dedos mientras mira el teclado que no se sabe ni intenta aprenderse) y, ¡chas!, la musa me ha avandonado cual desodorante barato. Y, aquí estoy. Dedos ociosos.

Vale, lo que pasa es que de lo que me apetece hablar no puedo por uno u otro motivo. La mayoría, por ese sentido que en mí apenas sí está en desarrollo, comúnmente conocido como de la discreción. "¿Y ahora que hace ésta?", os preguntareis, acostumbrados tal vez a estos rodeos y circunloquios míos que casi siempre preceden a una indiscreción. Pues agua y ajo, eso hace. Dar saltitos de impaciencia, cazar gambusinos, lo que sea para alejar de la mente obscuras tentaciones.

Jajaja, como me gusta exagerar. Perdonadme, es que la libertad tiene un sabor tan dulce... Recuerdo cuando no era capaz de escapar de mis emociones y darme a mí misma la libertad y tranquilidad que mi mente requiere. Bendito el tiempo que trae consigo la experiencia, la capacidad de cicatrización, la esperanza y, para que negarlo, la fluoxetina. Dicen que también la madurez, pero a esa sigo esperándola. Si se la encuentran, le dan mis señas, si son tan amables. Gracias mil.

Y ahora que ya me he desahogado sin contar nada que no deba, debería retirarme antes de que el entusiasmo haga presa de mí y acabe arrepintiéndome de algo. Y yo que creía que iba a sentarme frente al teclado a hacer alguna sesuda reflexión sobre los sentimientos y sus diabólico y paradisiaco laberinto...

Zirbêth, piscis de ascendente géminis o, simplemente, chota perdida.

Jajajajajaja.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Creo que de todo lo que has escrito, me quedo con la última frase ;-)))))))))))))

9:02 a. m.  
Blogger Purgatorio said...

Coincido con odyseo, ahora por lo menos sabemos algo sobre tu signo zodiacal.

Por cierto si al final te envian a la madurez a casa, dale mi dirección y que se pase junto con la experiencia esa para cicatrizar. Joe, esto parece un botiquin de primeros auxilios.

Purgatorio, cáncer, lunático.

9:55 a. m.  
Blogger Bo Peep said...

Pues tienes bien educado al móvil, el mío no dice ni pío.

8:13 p. m.  

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