viernes, enero 28, 2005

¡QUE ILUSIÓN!

Cuando hace unos años trabajaba para cierta editorial, cada mañana pasaba por delante de la puerta de un horno de pan que amablemente dejaba escapar sus delicados efluvios por la puerta entreabierta. Esa panadería vende unas palmeras de chocolate distintas a las que muchos estamos acostumbrados: de masa consistente, pero blanda, de unos dos centímetros de grosor, de los cuales medio es chocolate, enormes y deliciosas...

Hoy he ido a por una de esas palmeras y, para mi alegría y sorpresa, el panadero ¡me ha reconocido! Me ha hecho una ilusión... ¡Hacía más de tres años que no pasaba por allí!

Zirbêth, conchurretes de chocolate.