TERTULIA EN SU CASA
Llegamos poco a poco y nos ponemos cómodos, aún cuando nos miremos un tanto tímidamente unos a otros, pues es la primera vez que nos sentamos frente a frente. Hay café, té, pastas, incluso unos sandwiches. Nos vamos presentando, para identificar caras y voces con los nombres con los que sí estamos más familiarizados. Él no está, no me preguntéis por qué. Al menos, yo no le he visto. Pero he llegado algo tarde, como siempre. Me hice un lío con la dirección y acabé subiendo la calle en dirección contraria.
Pero entra, y va hablando con una chica. Al mirar a los demás, nos regala una sonrisa y nos hace una pregunta. Todos reímos, y ya estamos en casa. Su casa, pero también la nuestra. Y la tertulia acontece como nunca hasta ahora, y las horas pasan sin que nos demos cuenta. Al final, pedimos comida china y cenamos juntos, para poder continuar conversando. Al final, sabemos perfectamente que no hay final, si no principio. Que la tertulia va a ser inevitable por deseada. Que, unos más que otros, esperaremos impacientes su próxima invitación.
Zirbêth.
Pd/ Si, hablo de tí, no mires para otro lado.
2 Comments:
Bonita reunión que promete muchas cosas. Envidia... ¿sana? ;-))
Odyseo
Ya sabía yo que mirarías para otro lado...
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