miércoles, enero 26, 2005

GENIO

- Dice que se encuentra mal, que no quiere ir. Haz algo.

Me fui a su habitación y, haciendo gala de ese mal genio que muchos me adjudican (ingenuos), aporreé la puerta hasta que alguien me abrió. Me dio pena, porque en la habitación había chicos de organización durmiendo por primera vez en muchas horas, pero en ciertos momentos hay cosas que me pueden. Entré hecha un torbellino, enfadada, indignada. Le desperté (supongo que ya lo estaba), le increpé y le grité para que se levantase y cumpliese con su obligación, obligación que él mismo se había autoimpuesto, que había elegido libremente.

Yo estaba dispuesta a tirarle de la litera si era necesario. Pero entonces me dijeron que no, que lo dejase estar, que no había nada que hacer. Me lo dijo quien mandaba y yo me fui de la habitación más cabreada aún. Me enfadé porque después de haber montado la que monté y de despertar a todo el mundo, me interrumpieron. Me enfadé porque no debí dejar que me interrumpieran y debí seguir haciendo lo que tenía que hacer, lo que había empezado. Pero me dejé convencer.

Ayer, un año y medio más tarde, comí con el "dormilón enfermo". Acabamos hablando de aquello que ocurrió y me dijo: "Debiste haberme tirado de la cama y obligado a ir". Eso mismo pensé yo, que si le hubiera tirado de la litera y obligado a vestirse, al final hubiese afrontado aquello y ahora se sentiría muy orgulloso de sí mismo.

En fin, la próxima vez, no me dejaré disuadir tan fácilmente.

Zirbêth.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Sí, debiste hacerlo. Quizás así no me hubiera sentido tan mal como me sentí. Pero bueno, intento aprehender de ello.
Si vuelve a pasar algo así, ya sabes, no me lo permitas.

Un abrazo, niña.

El Dormilón Enfermo ;-)

12:27 p. m.  

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