DECISIONES... ¿EXTREMAS?
Entre los 17 y los 26, estuve loca. Me explico, se me piró la pinza un poco en materia de novios y tal. Un poco es un eufemismo, por supuesto. Eso sí, me lo pasé en grande, aunque también sufrí mucho.
El caso es que, aproximadamente a los 27 o 28, decidí que aquello se había acabado. Me aburrí de tanto tumbo, de tanta expectativa frustrada, de tanta falsa ilusión y tanto vacío, o falso llenado. Decidí que, desde ese momento, no estaría con nadie a menos que sintiese algo de verdad. Se acabó el seguir los impulsos, las corazonadas. Me iba a tomar mi tiempo.
Primero, unas largas vacaciones emocionales. Luego, esperar a que apareciera alguien que de verdad me hiciese tilín en un sentido algo más profundo que el hormonal horizontal. La verdad es que mi vida ha sido mucho más tranquila (menos agitada, respiración incluída durante un tiempo), y que durante estos dos últimos años he disfrutado de una relación de pareja lo más parecida a lo que quiero que he tenido hasta ahora.
Sin embargo, a veces tengo dudas. ¿Fue una decisión adecuada? ¿Afortunada? A lo mejor me pasé al extremo contrario. Bueno, si me pongo a hacer memoria, seguro que me encuentro algún capítulo de incumplimiento de contrato. Pero, básicamente, lo cumplí.
Ahora, mi vida cambia y es como si los límites trazados se difuminaran. Me pregunto que pasará ahora. Estoy llena de curiosidad y excitación. Tengo la sensación de que algo genial va a ocurrir, lo cual puede ser decepcionante si me lo tomo con demasiado entusiasmo. Tengo la sensación de que hay algo maravilloso esperándome a la vuelta de la esquina, jugando conmigo al escondite. Y quiero jugar, ya lo creo que quiero jugar. He estado mucho tiempo fuera de juego.
Creo que Manjak me contagió su alegría navideña entre chocolate con churros y pisto con huevos y muchos, muchos pasos sin aparente dirección ni dentido. Hay que repetirlo.
Zirbêth.
2 Comments:
Seguro que fue una decisión adecuada. Es la ley del péndulo. De un extremo a otro para poco a poco alcanzar el equilibrio. O lo que sea.
Hay, por supuesto, que repetirlo... Y estoy seguro de que realmente algo maravilloso te espera a la vuelta de la esquina... :)
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