sábado, noviembre 06, 2004

CUENTO

Antes de ir a España esta última ocasión, escribí un cuento que era parte de un regalo para los anfitriones de la Mereth Ithiledhellond (la fiesta de la luna en Edhellond), de manera que no podía publicarlo aquí hasta que el regalo hubiese sido entregado. El regalo, o mathom, era un espejo enorme en cuya superficie grabaron nuestros artesanos el escudo de Edhellond y a la dama Nimrodel, aparte de otros adornos consistentes en ramas y hojas que se añadieron al marco.

El caso es que el cuento se leyó la noche antes de entregarlo, en la Lectura de Cuentos de la Mereth, actividad que está entre mis favoritas de las que se suelen organizar en las reuniones tolkiendilis: una sala grande iluminada solo en su centro en el sitio designado para el narrador. Cada persona escoge un pasaje de una lectura de Tolkien (aunque no siempre de Tolkien, depende de la ocasión) y la lee para un público que escucha en silencio y del que oímos, a veces, respiraciones acompasadas y otras suspiros sin disimular.

Mi relato, del que no dije el título, era el preludio del regalo de la Noche de Gala, aunque supongo que muchos no se dieron cuenta. Ahora lo podéis encontrar en la lista de cuentos, aunque como está relacionado con una de las leyendas escritas por el Profesor, es probable que no lo aprecieis mucho.

Habla de amor y de renuncia. De amor no correspondido, altruista y entregado. De ese amor utópico que pienso es muy alto y muy noble pero, a la vez, muy poco habitual. Es el amor que no se puede evitar pero que nunca es conocido por el ser amado. En fin, espero que os guste mínimamente.

Zirbêth