miércoles, septiembre 08, 2004

INSPIRACIÓN

Ayer, apenas habiendo dejado de escribir aquí, la inspiración hizo acto de presencia en uno de los mundialmente conocidos lugares más apropiados para que la musa te asalte. Y allí, frente al espejo del lavabo, llevé a cabo, en apenas unos segundos, uno de los actos que, sin perder la humildad y sin duda alguna, puedo calificar de los más originales de mi existencia: me cercené un dedo con un tubo de pasta de dientes.

No, señores, no insistan. El proceso será un secreto a atesorar por mis descendientes en las centurias y milenios por venir. Sólo una tirita en mi dedo, y estás tímidas palabras, hablarán de tan singular (espero, porque duele) acontecimiento.

Zirbêth