jueves, septiembre 02, 2004

HISTORIAS AL BORDE AZUL

Tengo montones de pequeñas e insignificantes anécdotas que contar de mi pseudovida en la piscina. Pero, como ya dije, no tengo tiempo para ello. La mayor parte de las anécdotas tratan de niños, de ocurrencias de los críos cuando hablas con ellos o cuando, simplemente, les observas jugar sin que ellos se den cuenta.

Como ese día en que dos hermanos, niña y niño, de cinco y seis años respectivamente, estaban compitiendo en saltos de cabeza en armonía, hasta que el niño decidió empujar a la niña y esta, indignada le espetó: "¡Eres un... niño!". Lo que me pude reir.

O ayer, que me preguntaron dos niñas de diez años que de qué iba la peli El exorcista, y al responderle que de una niña que era poseída por el demonio, una de ellas me reprochó: "Eso no puede ser". "Claro que no", le respondí yo, "es sólo una película". Y ella siguió "El demonio no puede salir en una película, no es un personaje de ficción".

Bueno, otro día os contaré más cosillas, que ahora me tengo que ir.

Zirbêth