sábado, septiembre 25, 2004

¡ARGH!

Lo acabé. Anoche, leí las últimas páginas, aunque casi lo había terminado en el avión, pero me venció el sueño. El lunes, me lo voy a llevar y voy a ver si lo cambio por cualquier otra cosa, libro a ser posible o, si nadie me lo quiere cambiar, lo donaré. Lo he leído entero porque pagué por él, pero es posiblemente el peor libro que he leído en mi vida.

Me hizo picar el nombre. Me enfadaría, pero ese día compré también intuitivamente el de La tarea del heroe, así que, bueno, debe ser algo de justicia divina (por lo difícil de entender, vamos) el que la misma intuición me llevara a este bodrio.

El Calvo me diría que, al menos, el tipo se sentó y escribió unas seiscientas páginas y que hay mucha gente que no es capaz de hacer eso. Yo añadiría que, además, tuvo la paciencia de releer lo que había escrito para buscar, casi uno a uno, sinónimos de las palabras escritas para cambiarlas por aquellos que más pedantes podían sonar. Tamaño esfuerzo es, sin duda, encomiable.

Pero, la verdad, la historia que cuenta, aún con descripciones, no daba para más de ciento cincuenta páginas, y eso siendo generosa. La composición de los personajes los hacía inverosímiles o, al menos, tontos del haba (que diría cierta amiga mía), contradictorios al tratar de presentarlos como inteligentes y perspicaces para, poco después, mostrarnoslos haciendo o diciendo unas absurdeces que me dejaban alucinada. Y de las escenas de amor, mejor no hablar. Me ponían enferma.

Me he sentido tentada a llevarlo a alguna reunión, leer un poco y, a las caras de "¿pero esa basura que es?" más que probable de mis amigos, decirles, toda circunspecta: "os lo he leído como ejemplo de lo que nunca hay que hacer".

Mira, lo siento mucho, autor, pero aunque se nota que has leído y te has documentado y has hecho un gran esfuerzo, la verdad, el resultado no merecía el esfuerzo. Puedes decirme que he argumentado fatal esta crítica, y tendrías razón, pero eso no haría que el libro mejorase un ápice. El vocabulario es pedante, los personajes absurdos y planos, la historia simplona y sosa. Sin embargo, no dudo que habrá quien piense que está bien. Yo, me quedo con Yo, Claudio, Memorias de Adriano, La vieja sirena, El muchacho persa, Peón de rey, etc., etc., etc.

Zirbêth

Pd/Me refería, por supuesto, a Tartessos... y esto es sólo mi opinión.