viernes, septiembre 24, 2004

AVENTURA EN SOLITARIO

Me invade una sensación de vértigo que no sé si calificar de buena o mala. Vuelvo a Valinor en unas horas, esta noche dormiré sola y me esperan varios meses de soledad allí, si entendemos por soledad la ausencia de mi Calvo y mis amigos numenoreanos, mi familia y el sol que cual disco dorado ha mutado el tono de mi piel de blanco a broncineo.

Trabajar, estudiar, escribir. Los primeros días estaré sin internet ni teléfono, por lo que no podré escribir aquí ni contestar mails. Espero poder volver a ambos lo antes posible. Buscar trabajo será mi primera misión y, luego, escribir, escribir, escribir. Y a ver si estudio inglés todos los días un rato.

Cuando era scout, algunos de los mayores se iban de vez en cuando de Aventura en Solitario. Se iban sólo al monte con una libreta a meditar y escribir en ella todo lo que se les pasase por la cabeza. Decían pasar la noche insomnes por los múltiples sonidos del bosque, por la sensación de lejanía, por la ausencia de voces o respiraciones humanas. Algunos, admitían haber pasado miedo. Pero todos aseguraban que era una aventura con mayúsculas.

Yo voy a vivir mi aventura en solitario. Va a ser duro y añoraré voces y, sobre todo, su respiración junto a mí, pero va a ser enriquecedor y, aunque parte de ese vértigo es miedo, la otra es una indudable excitación.

Deseadme suerte.

Zirbêth, empacando.