sábado, octubre 20, 2007

AHORA EN SERIO

Si echo de menos tener pareja. Hecho de menos ese sentimiento tan dulce e inquietante, las llamadas de teléfono, pensar en él y saber que él piensa en mí. La ilusión, los momentos de pasión y los de tranquilidad. El hogar emocional, eso echo de menos.

Lo curioso es que eche de menos algo que sólo en breves momentos de mi vida he tenido. Ahora mismo, creo que mi mejor relación fue la última, incluso aunque acabase. En todo momento, durante el tiempo que estuvimos juntos, me demostró un amor sincero, una dulzura y una honradez que son lo que más valoro. Nunca me engañó, ni me utilizó, ni me trató de un modo menos que estupendo. Y creo que yo hice lo mismo. Creo que, aunque no fue un amor duradero, fue un buen amor. No puedo decir lo mismo de casi ninguna de mis relaciones, ni siquiera en los mejores momentos de estas. La mayor parte de las veces, han sido un completo desastre. Sin malas intenciones, ha habido más dolor que otra cosa. La penúltima, por supuesto, se lleva la palma. Aún estoy recuperándome...

Por eso, cuando digo que echo de menos tener pareja, lo digo con la boca pequeña. Sigo esperando que por fin ocurra aquello de encontrar a la persona adecuada, la persona normal y corriente que sume lo que necesito en una persona. Afinidad de carácter, honradez para conmigo y quienes le rodean, cariñoso sin ser agobiante, que esté conmigo sin que deje de ser él y, sobre todo, que yo esté con él sin dejar de ser yo. Que me valore como merezco, que se de cuenta de lo mucho que valgo. Quiero calidez y tranquilidad, más que pasión y aventuras. Ya se me pasaron las ideas locas, aunque siga necesitando un fuerte deseo para que todo funcione.

Sin embargo, no tengo ánimo ni ganas de correr el riesgo de confiar en alguien, de poner mis esperanzas e ilusiones en alguien. Me da miedo, lo admito. No quiero otro desengaño tan pronto. Han pasado casi tres años, ya va siendo hora, pensaréis algunos, pero aún no estoy preparada. Rara vez se tiene la suerte de encontrar a alguien como el chico de mi última relación. Creo que esperaré un poco más antes de complicarme la vida.

Mientras tanto, a disfrutar de las cosas que voy teniendo. Los amigos, el trabajo, los roles en vivo, mi familia. Sí, quiero una pareja, me lo pide el cuerpo. Pero también me pide tranquilidad y estabilidad. Ya llegará, si ha de llegar. De momento, lo que tengo me gusta mucho. Salvo por lo del gato, claro.

Zirbêth.