miércoles, septiembre 19, 2007

PETARDOS

Sí, niña, vas monísima de la muerte, pero la barra central en el vagón de metro no es para que tú te apoyes en esa postura de anuncio de vaqueros denim. Es para que la gente se agarre y no se mate. ¡Ya estás moviendo el culo!

Vale, tío, entiendo que te espabila la salsa por la mañana, pero a las sesenta personas que vamos en el bus a las siete y media de la mañana nos estás jodiendo vivos. Bueno, a los cincuenta y ocho que no llevamos auriculares. Ya sé, eres el conductor, pero un poquito de consideración, que el trayecto de una hora es perfecto para dormir. ¡Al menos podrías bajar el volumen!

A ver, majete. Ya sé que la parada del bus está en la calle, y que en la calle está permitido fumar. Pero ese cigarro nos está apestando a todos, y haciendo el aire irrespirable, porque aquí debajo se concentra el humo que da (dis)gusto. Ya que ni llueve, ni estás sentado, ni hace un sol de justicia que te obligue a cobijarte, podrías irte a fumar a otro sitio. O aguantarte un poco y ganas en salud. ¡Quítame el cigarro de la cara, por lo menos!

Zirbêth, protestona.