viernes, septiembre 28, 2007

MOVIMIENTOS

Me he dado cuenta de que me adapto y relajo enseguida en el trabajo. Me familiarizo con todo, habitacione, habitáculos, mesas, sillas... Hay que decir que la mesa que me ha tocado es grande, que si fuese pequeña lo de adaptarme sería ya harina de otro costal.

En general, no necesito mucho tiempo para adaptarme a las rutinas y lugares. Automatizo y hasta disfruto. Lo cual no significa que no haya cosas que me gustaría cambiar. Por ejemplo, me gustaría estar situada de modo que dominase toda la sala en la que estoy. Cuando voy a restaurantes y bares, procuro sentarme siempre dando la espalda a la pared, y así puedo controlar todo el movimiento. Pues en el curro, me gustaría que fuese así también. A controlar los movimientos del resto de los compañeros, hay que añadirle que es una posición privilegiada a la hora de hacer trampillas y chatear o ver el correo. Como me conozco, sé que puedo, porque no me paso. Sólo cuando me aburro porque no hay nada que hacer. Palabra de friki. En fin...

Pues bien, llevo tres semanas de curro y ya me han cambiado una vez de mesa. Están repensando y rehubicando los departamentos y tal, y el mío, receptivo anglófono, lo van a poner en otro sitio. Así que, ahora mismo, estoy en medio de un cambio más grande y (teóricamente) definitivo, y si urgo en Internet, me pueden ver un poco. Pero, en breve (supongo), me van a poner en una esquina, de espaldas a la pared y controlando toda la sala. Como a mí me gusta.

Zirbêth.