RESUMEN SEMANAL

Tranquilos, es que no se me ocurre título, no que vaya a inaugurar una sección, o algo así. Ejem.

Huele a lluvia. No se me puede ocurrir un final mejor para esta semana que esta lluvia... Miento: una lluvia en condiciones. Eso sí que sería un buen final. ¡Qué calor más salvaje ha hecho toda la maldita semana! Menos mal que, anoche, un vientecillo empezó a solpar y se llevo a su paso algunos de los grados que nos venían sobrando. Aunque, por supuesto, ha tenido la contrapartida negativa de que en donde se celebra Festimad ha hecho tanto viento que han tenido que suspender algunas actuaciones. Pero vamos... ¡QUÉ LLUEVA, QUE LLUEVA!...

Estoy aquí sentada, preguntándome qué tal estará yendo la votación francesa y un tanto extrañada de que, a estas horas, El País no tenga ya unos resultados aproximados. ¿No se inicia el recuento hasta terminada la jornada electoral? No lo sé. Pero lo que sí me gustaría es que saliese un señor NO, a ver si así, en las negociaciones que la supuesta crisis que provocaría la negativa francesa traería consigo, se puede tener en cuenta el criterio de alguien más que los cuatro gerifaltes de constumbre... Ya sé, sueño.

Mientras, ya casi ha llegado a su final esta primera semana de dieta, es decir, de eliminar grasas y azúcares en sus diferentes formas. Fuera dulces, bollería, tartas, embutidos, patatas, pastas y lácteos, y mucho cuidado con las frutas pesadas (plátanos, aguacates, etc.). Sólo una vez he cedido, y ha sido con motivo de una reunión familiar, donde me tendieron una emboscada con fresas con nata helada y helado de tiramisú. Comí muy poquito y cené sólo manzana. De todos modos, necesitaría mi bici estática para hacer algo de ejercicio si quiero que la cosa avance algo y que las carnes no cedan del todo a la fuerza de la gravedad. La comida familiar, bien gracias, teniendo en cuenta quien asistía y como se las gasta. Todos "celebraron" mis "agarraderas del amor", lo cual, supongo, me decidió aún más a mantenerme fuerte frente a las ENORMES, DESCOMUNALES ganas de atracarme a cositas ricas... Eru dame fuerzas... ¡pero dámelas ya! Am, no. Que eso era con la paciencia...

En cuanto a estudio, la semana ha sido sólo regular. Lunes y martes fueron estupendos, el miércoles lo usé para traducir, y eso pensaba hacer con el jueves, pero... Corramos un estúpido velo. El viernes fue malo, sólo hice algo de la unidad didáctica, y ayer llegué cansadísima de la comida familiar y tan sólo me repasé un tema. Hoy, sin embargo, me está cundiendo bastante (motivo por el que soy capaz de hablar aquí de cómo llevo los estudios, que si no, me abstendría totalmente, vamos).

Entre las cosas entretenidas emcoinalmente hablando, esta semana he tenido una pequeña crisis de ansiedad, motivo por el que, probablemente, perdí el jueves (¿o fue el viernes?), y para continuar con la diversión, el viernes la mañana me regaló una reacción alérgica en la dermis de la cara que me la ha dejado hecha un ajjjquito. Salí de la ducha hecha un tomate mutante asesino, con toda la cara roja y picándo como un balrog. Tras pasarse el enrojecimiento, cosa de una hora larga más tarde, mi piel había mutado y era entonces una plancha de ploti-ploti (plástico de ese de pompas de aire para embalar objetos frágiles) a tamaño microscópico (vale, no tanto), que a día de hoy parece que me hubiese quemado la piel. Y eso parecían, la verdad, quemaduras químicas. Y es que, es meterse en la ducha de casa y parecer que acabas de entrar en una piscina cubierta pública. Me parece que EN MADRID CAPITAL SE ESTÁN PASANDO CON EL CLORO EN EL AGUA POTABLE. He dicho. Así que nada, aquí ando, mudando la piel cual lagarto en primavera...

Y ahora, me voy a seguir estudiando. Me he propuesto cuatro temas, y voy a ver si soy capaz (el cuarto tiene cincuenta páginas, así que no sé yo si lo lograré...).

Zirbêth.