sábado, mayo 28, 2005

EL MUNDO HA CAMBIADO

Y tengo suerte de la madre que me ha tocado, porque ve la vida que llevo y no me da la brasa con la típica cantinela (bueno, un poco) de cásate, ten hijos, funda una familia, sienta la cabeeeeeza. Me da la brasa, pero por otro lado ve la vida que llevo y me dice que le sorprende lo diferente que es, y que tal vez fueran ellas las equivocadas, casándose pronto y llenándose de hijos.

¿Mejor? ¿Peor? Yo creo que, simplemente, diferente. Lo importante, creo yo, es que lleves una vida lo más parecida posible a la que te gustaría llevar. Y, aún así, a veces uno cree que quiere algo, y luego se da cuenta de que estaba equivocado, de que no era tan importante. Y que disfrutes de lo que te va dando. Yo no tengo pareja, y me gustaría, no tengo hijos, y también. Si pudiera, a lo mejor me casaba, tenía varios bebos y me dedicaba a criarlos y tal. Si pudiera, pasaría de trabajar en la calle, seguiría siempre traduciendo, trataría de ganarme la vida escribiendo, y dedicaría mi tiempo a tareas de caráctar intelectual y educativo. Pero tal y como están las cosas, pues no es lo que hago. Y mira que la presión social sigue siendo enorme, sobre todo la de la familia, máxime si eres mujer.

Pues no. Mi vida, en este momento, va de estudiar, traducir, compartir piso con amigos, jugar a rol en vivo, coser, leer mucho, escribir no tanto... Y me gusta, la verdad. Cuando sea funcionaria, a lo mejor cambio de vida... y a lo mejor no. Probablemente, a la larga, me compre una casa (si es que puedo pagarla, vamos, que tal y como están las cosas...), pero estoy convencida de que voy a seguir jugando a rol, perteneciendo a la Sociedad Tolkien Española, cosiendo y aprendiendo a coser mejor (lo que me queda), seguiré compartiendo piso, leyendo, siendo friki de las que van disfrazados a los estrenos de las pelis, seguiré escribiendo (de hecho, espero hacerlo cada vez más), seguiré jugando a juegos de niños... Pero, lo siento, al menos en mi caso, no considero que eso sea no crecer o no ser adulto. Soy crítica (y criticona, lo sé), me preocupo por mi entorno social, político y natural (más o menos), procuro que me importe la gente, la de cerca y la de lejos, aunque admito que me encierro mucho y que estoy un poco pasota. Me cuesta arrancar.

Mi prima Vir me decía hoy: "Mis amigos que se casan se lo plantean así: compramos una casa o tenemos un hijo". Bueno, pues de momento, no voy a tener un hijo, y no por falta de ganas, conste. Menudo está el panorama. El trabajo está fatal y la vida no para de encarecerse y complicarse artificialmente. Somos cada vez más esclavos de un capitalismo que sólo favorece a los que ya viven de puta madre. La gente de a pie, es decir, la mayoría, cada vez gana menos y trabaja más. Y el descontrol de la inmigración me parece a mí perfectamente calculada para abaratar la mano de obra. ¿Que los españoles no quieren trabajar por una miseria?, pues nada, ya verás como sudamericanos, africanos, europeos del este no son tan tiquismiquis. Y mientras tú llegas difícilmente a fin de mes, los dividendos y ganancias trimestrales de bancos y grandes multinacionales cada vez tienen más y más ceros (a la derecha). Y cuando la gente no tiene para vivir, pero están en esa corriente consumista de ten coche, ten tele, ten, ten, ten..., pues, desgraciadamente, en vez de plantarse, se entrampan. Que te hipoteques por una casa, mira, vale, pero es que ha llegado un momento en que lo hacemos por superficialidades o por cosas de primera necesidad (lod dos extremos). Especulación atacando por todos los flancos, y no sólo el de la vivienda. Inestabilidad laboral salvaje, que te dejan en la calle a la mínima, pero luego les extraña que la gente no se comprometa y deje sus trabajos en cuanto pueden por algo mejor. Y no es ya que no te quieras ir de tu casa, es que no puedes. No es que no te quieras comprometer, es que resulta muy frustrante no poder hacerlo con un mínimo de seguridad. Ya lo dije el otro día. Somos la mercancía más barata del mercado.

Pero no. Es que los jóvenes de hoy son unos vagos, prefieren vivir en casa de sus padres, no se comprometen y prefieren llevar una vida improvisada y edonista. Pues mira, no te extrañes. Si lo que se vende y hace dinero es eso, que la gente trabaje como mulos para gastarse la pasta en ocio y en gilipolleces, ¿de que os extrañais?

Yo, a ver si soy funcionaria y puedo planificar mi vida a algo más de plazo que seis meses. Si no, pues segiré traduciendo, mientras encuentre trabajo de. Y puede que me vaya otra vez al extranjero. Y, si no, seguiré compartiendo piso con esta gente maravillosa, disfrutando de las cosas que sí tengo y tratando de no agobiarme por lo que no tengo. Y doy gracias de vivir en esta ciudad de anonimato que es Madrid, donde las distancias pueden ser la mejor manera de ser independiente de esos que te hacen recordar que no cumples las espectativas.

Espectativas, sí, ¿pero de quién?

Zirbêth.

2 Comments:

Blogger Devon Kentao said...

:: caray, caray... ni siquiera he terminado de leer el post y vengo a comentarte, la verdad es que me has emocionado. con letras como estas es donde uno ve que lo único que pasa es que hemos realmente decidido hacer el mundo a nuestra semejanza. todos estos freakys que tanta gente no entiende porqué de nuestra reticencia a "integrarnos".

¿qué te puedo decir? ambos géneros creemos que la presión es más fuerte de nuestro lado, yo creo que es muy similar. yo como varón (y como primogénito) te puedo decir que he padecido eso casi desde los 15 años. e igual que tú, no puedo decir que no lo haya deseado alguna vez, simplemente no fué tampoco mi elección de vida, definitivamente la vagancia me sigue siendo más divertida.

y pues felicidades por esa madre que te tocó y felicidades a ella por la gran hija y por haber crecido también.

ya mejor deja acabo de leer... xD

un gran abrazo chica, ya tenía rato que no venía por acá, he andao un poco perdido, pero que gusto regresar con tan buen post...

por ahí te mandé una invitación. ::

8:43 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Sólo tienes que alcanzar tus propias expectativas. La masa no quiere quedarse sola, comprobar que sus pautas de conducta son equivocadas, que lucha por necedades. Por eso intenta siempre que más y más se unan a ellos, para sentirse respaldados y asistidos por la razón.
Pero la misma masa odia al gregarismo. Y crudamente te lo hace saber.
A la hora de la verdad sólo estás tú y tu conciencia.
Sé tú misma. Un beso, Magu.

1:54 p. m.  

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