sábado, mayo 21, 2005

COMO ME TENGO QUE IR...

... a fregar los platos, hacer la comida y estudiar un buen rato (5 horas 5, que menos), voy a hacer un breve resumen de lo que me ronda por la cabeza estos días.

1. Que calor hace. Lo de ayer durante mi paseo madrileño con Aldebarán fue tremendo. Creí que me derretía. Menos mal que los zumos de fresa y los templos egipcios vinieron en nuestro rescate. Ya sé, vivo en Madrid, soy madrileña... Pero hasta ayer no supe que se podía entrar al Templo de Debod y que dentro tiene un montón de relieves, proyecciones, una maqueta y demás objetos de exposición. Y lo mejor de todo, ¡sombra!

2. Que soy un desastre y ya van varios fines de semana que me pasa lo mismo: se me va el santo al cielo y no saco dinero, así que me veo el finde atrapada en casa. Y ayer fue lo peor, pues quería haber sacado de la cuenta inglesa, que se ve que está seca ahora mismo, para invitar a Aldebarán a un helado o algo así, y me quedé con cara de boba frente al cajero que, muy educado él, me decía algo así como que "no hay disponible suficiente en su cuenta en el día de hoy"... Que vergüenza, Eru, que vergüenza.

3. Pues que, asombrosamente, la tristeza y el despecho me están abandonando más rápido que las familias sin vivienda en el "Pharaon" (juego viciante de crear civilización, pero al que ahora no juego, lo juro, hace meses que no juego, es sólo que la metáfora me ha venido a la cabeza...). Que, por esa razón, me siento muy feliz, tanto que debo parecer a veces idiota o una completa egoísta porque otras penas no me afectan a lo mejor lo que sería de esperar.

4. Que me siento torpe, porque por esa misma felicidad asssurda, meto la pata y se me pira la pinza, o mejor dicho, se me pira la pinza y meto la pata, y he hecho daño a alguien a quien quiero y me siento idiota. Como veis, una de círculos viciosos.

5. Que, confieso, me he leído "El código Da Vinci", el segundo peor libro que jamás ha pasado por mis manos y ante mis ojos, y que por eso mismo no me explico que la Iglesia haya puesto el grito en el cielo, aunque no deje de resultarme de lo más curioso. Y no es sólo a causa de la de burradas que dice, es que ni siquiera es capaz de dar un mínimo de credibilidad a los personajes, que uno no se explica como supuestos profesores universitarios y especialistas en criptología puedan ser tan cazurros y negados. A lo peor el secreto del éxito es que, a una sociedad embrutecida, nada mejor que darle un espejo en el que reflejarse... En mi defensa, señores del jurado, alegaré que necesitaba una lectura chorra, pues estaba tan nerviosa que, no es que no me hubiese podido concentrar en algo mejor, es que me hubiese parecido un desperdicio y un crimen intentarlo.

6. Que no tengo el don de la ubicuidad, por más que me gustaría, de verdad, así que se me da mal repartirme. Pero eso no significa que no me hubiese gustado estar allí y verte.

7. ¿He mencionado ya que hace mucho calor?

Por supuesto, tengo muchas más cosas en la cabeza, pero me espera una platada salvaje en el fregadero y tengo que estudiar. Y estaría bien que me despojase del abrigo de pieles, que con estas pelambreras no se puede una poner falditas y pantalones cortos... Igual eso no debía haberlo dicho...

Zirbêth, feliz.

1 Comments:

Blogger Aldebarán said...

No entiendo el motivo de disculparse por leer "El código..." No siempre se tiene la "obligación" de leer cosas "de altura". Además, para reconocer la calidad, a veces es necesrio leer de todo un poco.

Míralo como una investigación antropológica sobre los gustos que dominan actualmente a los lectores y que te permite conocer la tendencias mercadológicas de este siglo XXI (ni yo me entiendo lo escrito, JA JA JA JA ;-)

4:26 p. m.  

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