jueves, enero 13, 2005

ANIMALES SOCIALES

Los seres humanos somos bichos sociales. No gusta estar con otros bichos y hablar con ellos, jugar, caminar, entrar, salir. No importa demasiado si el otro bicho es de una especie diferente. Nosotros nos apelotonamos en ciudades y, como quede un poco de espacio, nos rodeamos de bichos tales como peros, gatos, serpientes, pajarracos, tortugas, arañas, ratones...

En mi casa, sin ir más lejos, hay tres hamsters. A cada cual más mono y más pequeñín, más dormilón y más nervioso. La última en entrar por la puerta lo hizo ayer, a eso de las siete y media de la tarde, en una jaula con una casita blanca de tejado azul, a la que no puede entrar porque las escaleras son demasiado empinadas. Es una cosita de unos cuatro centímetros de largo, tal vez menos, de mes y medio aproximadamente, con la panza blanca y el lomo entre gris clarito y pardo, con unos bigotes que le duplican el tamaño de la cabeza y una naricilla graciosísima, que te acerca y pasea por la llema de los dedos, supongo que preguntándose eso que nos une a todos los seres vivos en el planeta Tierra: ¿se come?

Está muy nerviosa, creo. Es muy activa, al parecer característica de su raza. Corre que se las pela, lo cual hace complicado el dejarla libre a ratos para que juegue. Espero que, poco a poco, se vaya acostumbrando a mí y a los elfos del Talan. Es preciosa y me encanta verla devorar pipas. Las pela y se las mete en el buche, para luego ir comiendo cuando se le antoja.

Voy a tener que querer cada día más a la persona que me la ha regalado.

Zirbêth.