LA INEFABLE INFALIBILIDAD DE LOS CALCETINES
Cuando me dispuse a empacar el ordenador para traerlo a Númenor, descubrí que todas las cajas menos una que había guardado en el garaje de mi-casero-que-es-un-sol a fin de facilitar el traslado, habían sido atacadas, tomadas y colonizadas por el moho. Así que, de repente, me vi con muchísimo menos espacio en el que meter las mismas cosas. La del monitor era la única que se había salvado, y menos mal, porque es lo más delicado del ordenador. Así que, debidamente encajado por las piezas de corcho que sí habían sobrevivido, metí la torre en la maleta más grande que tenía. Desgraciadamente, eran sólo un par de soportes de corcho, no cubrían toda la pieza y dejaban innumerables huecos todo alrededor del aparato. Así que, me dije, no quedaba más remedio que asegurar todo el espacio vacío que quedaba. ¿Y con qué lo hice? Exacto, con calcetines.
Y es que los calcetines no sólo sirven para proporcionar calorcito a los pies y para que los obsesos como yo los coleccionemos, no. Son una seria competencia para cualquier sistema de embalaje, aunque sólo algunos de nosotros nos hayamos percatado de ello. Donde haya un par de veintenas de calcetines, que se quiten corchos, cartones, plásticos de pompitas y demás zarandajas. Agarre usted sus calcetines, dóblelos adecuadamente (alargado o en pelota) y sitúelos tapando cada hueco que encuentre. No encontrará mejor protector de sus obejtos preciados y delicados. Así, han llegado sanos y salvos el ordenador, las tazas de cerámica, los adornos de vidrio, los mathoms frágiles, etc.
De verdad, los calcetines son, junto con las camas, uno de los grandes inventos de la humanidad. Y baratitos, baratitos.
Zirbêth.
1 Comments:
si es que los calcetines son uno de los grandes inventos de la humanidad, junto con el café con churros, el láser y la teoría cuántica.... con la diferencia de que los calcetines siempre funcionan.
Un saludo
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