domingo, noviembre 14, 2004

NAVIDAD

Me gustaba mucho la Navidad de pequeña porque significaba vacaciones, ver a los abuelos, a los primos y demás familia lejana, viajar a otra ciudad, casi siempre Granada, regalos de Papá Noel, montar el belén, tirarnos por las escaleras de piedra a "rastraculos", jugar, jugar, jugar, pedir aguinaldo y comer roscos de anís y turrones y hojaldrinas, y que me dejaran beber sidra.

Ahora, la Navidad es sólo trabajar más sin paga extra, ver a la gente alrededor despilfarrando y siendo amables por condicionamiento operante estacional, que se pongan música pretendidamente navideña desde principios de Noviembre, que muchos se acuerden de tí sólo para reprocharte que no pasas la Navidad con ellos, que te traten de obligar a estar de humor navideño, de ser megafeliz y que, por supuesto, si no tienes pareja, te la busques a la de ya. Vayas a desentonar, vamos.

Este año, por segunda vez, voy a pasar la Navidad en Valinor sola. El año pasado, al menos, él se vino a pasar la Noche Vieja, pero este año voy a estar sola del todo. Creo que voy a hacer como si no existiera, como si la cosa no fuese conmigo. O eso, o caeré vencida ante la presión social y me gastaré dinero que no debo y me echaré un amante navideño.

Espero que su perro no se llame Ruddolf...

Zirbêth.