FIREFOX
Debería titular a este blog, probando, probando, porque he decidido poner mi fe y esperanzas en este navegador, el Firefox, que el Explorer, como ya decía, me tiene jarta. El ordenador de Orthanc está en reparación. Bueno, no sé exactamente si en reparación, si de vuelta en casa o si en el cubo de la basura. La verdad, ha salido malísimo, fue un timo. Tres años pagando letras y ha durado menos de lo que tardé en pagarlos (tardamos, que mi mami me ayudó, again, para variar). Tiendo a pensar que el hecho de que el sistema eléctrico de la urbanización sea de chiste y muy viejo y que saltase cada dos por tres, debe de haber ayudado bastante, pero el primer ordenador que tuvimos también vivío durante una temporada en una casa con saltos de tensión, y ahí sigue, funcionando perfectamente, según sus prestaciones, pero bien. Me gustaría saber cual ha sido el dictamen del "doctor", siento verdadera curiosidad. Me huelo que habrá dicho algo así como que el principal problema es que el comprador fue un pardillo (yo) y el vendedor un verdadero timador. Aunque habrá quien se soprenda de mi sopresa por su corta vida, en esta nueva era de usar y tirar y fabricar para que en tres años haya que tirar a la basura. Yo, sigo siendo de las que lleva los zapatos al zapatero.
Sigo embotada y congestionada, que rollo. Lo cual no impide que me aburra y que lea lo que escribo aquí pensando en que los posibles lectores se aburrirán también. "¿Es que no ha pasado nada emocionante en tu vida?", me dirán. "Vamos, que has estado en una mereth...". Siento defraudarles, pero no tengo ganas de recordar esos momentos geniales. Y eso que disfruté como una enana, en especial de las conferencias y del debate que les siguió. Sé que debí parecer ingenua, por no decir inculta, y que me desvié un poco del tema original, pero me da igual, disfruté muchísimo. Tanto que, hacia el final del debate, mi mente estaba frenética dando saltos y dejé de explicarme en condiciones. Pero da igual, a ver si se repite. Edhellond es un lugar mágico y esa magia siempre se te mete hasta el tuétano de los huesos y te la llevas contigo incluso a lugares tan lejanos como Valinor. A ver si es verdad que Rhiwen y yo nos organizamos una invasión en breve.
Y dentro de veinte días, otra vez a viajar. Tengo que llevar sobrepeso, mucho sobrepeso. A ver si mi-casero-que-es-un-sol se ofrece a llevarme al aeropuerto, como hace siempre. Estaría genial, porque así me aseguro de que, de pasarme de sobrepeso, él se lo puede llevar a casa otra vez. Bueno, ya veremos. Debería llevarme en este vuelo el máximo posible de cosas, que para el último tengo que cargar el ordenador y la bicicleta, y me gustaría llevar el ordenador conmigo en la cabina. En el próximo viaje, el del 27, me llevaré la impresora y el escaner, y en el otro, el resto. Tengo que organizarme para no llevar apenas nada más, sólo algo de ropa. Las últimas cosillas. Y luego, a mudarme, a organizarlo todo, a adaptarme y a empezar a empollar en serio.
¿Se nota mucho la impaciencia?
Zirbêth
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