martes, septiembre 28, 2004

CONSTATACIÓN NO ASOMBROSA

Me siento a leer el periódico y alzo una ceja. No, no es de sorpresa, sino de preocupación. Cada vez que el PP hace alguna crítica a las acciones del nuevo Gobierno, en vez de hacerlo apelando a la razón, lo hace tratando de infundir miedo. Mensajes de advertencia de que vamos a salir de la lista de los países que "importan", sojuzgamiento de las propuestas como infantiles o inmaduras, inveterados intentos de ridiculización de las mismas. Pero rara vez veo una crítica basada en argumentos. Leía el otro día que no recuerdo qué político, en unas jornadas o conferencias de las juventudes del PP, instaba a los asistentes a estar atentos a las mentiras que el PSOE decía: me parece bien, hay que estar ojo a vizor, porque lo de confiar en las buenas intenciones de campaña suele ser mala idea. Espero que, si les pillan en alguna, lo hagan saber, pero que lo demuestren, que esto no es una verdulería donde cada uno grita lo que le parece. Pero vamos, lo de tratar de meter miedo en el cuerpo de la gente es exactamente el método que utilizan (aunque mucho más salvagemente) Bush y sus secuaces para mantener la lógica militarista. Ya me parece bastante malo lo de que cada vez haya más (mal llamados) restaurantes de comida rápida, así que no, por favor, no quiero que España se americanice aún más. La escalada de violencia no es uno de mis intereses.

De todos modos, supongo que lo que ninguno deberíamos olvidar es que el voto que usamos para elegir a nuestros representantes no es una especie de salvoconducto para que los elegidos hagan lo que les de la gana, pero que evitar que eso llegue a ocurrir significa esforzarnos por no caer en la tentación de dejarles a ellos todo el trabajo. Es decir, que hay que responsabilizarse de la política siendo ciudadanos activos en la misma. Y qué menos que tratar de estar lo mejor informados posible, buscando esa información no sólo en la tele a la hora de la cena o en el periódico gratuíto que te dan en el metro o en el cercanías. Hay que tratar de buscar fuentes de información alternativas, aunque sin abandonar las habituales.

Hace poco, un señor en un tren me decía que estaba muy preocupado porque, desde que los socialistas habían salido elegidos, el paro había aumentado mucho, la economía empeorado y también el precio de la vivienda. Le pregunté que qué periódico leía, y me dijo que La Razón desde hacía muchos años. Me sonreí para dentro, pero a él le dije que leyera las noticias en más periódicos, que cuantos más, mejor. Le dije que cada publicación y medio de información tiene sus dueños, quienes pagan las facturas y los sueldos, y que estos tienen sus intereses y barren para dentro. Hay que partir de la base de que contarán las noticias del modo que más les convenga, en plan piensa mal y acertarás. Me miró muy serio, sopesando lo que le estaba diciendo. No sé si haría algo al respecto.

Votar no es más que el principio. Pero que gane nuestro preferido no significa que todo esté solucionado y ya podamos volver a lo nuestro mientras el susodicho lo hace todo por nosotros. De eso nada. No hay soluciones milagrosas. Hay que seguir al pie del cañón, hay que implicarse cada día. Nada de sentarse en el sofá a esperar que nos lo sirvan todo en bandeja. Nadie va a defender tus intereses mejor que tu, y la política es el campo de batalla de los intereses personales y comunitarios.

No puedo evitar acordarme de aquello que siempre decía Lobezno: "Si quieres un trabajo bien hecho, hazlo tu mismo".

Zirbêth