lunes, junio 26, 2006

FUEGO

El viernes salté por encima de las llamas para quemar simbólicamente los restos de naufragio que aún pudiera llevar conmigo y poder, así, entregarme limpia y renovada al maravilloso presente que se abre ante mí. El tiempo sigue su inquebrantable paso, y el fuego de Lughnasadh llenó de calor cada gota de mi sangre, y la luz del fuego se reflejó en mi alma.

Ha pasado ya el tiempo de la tristeza y la angustia. Incluso el sufrimiento acaba por dar frutos, y es la hora de deleitarnos con el dulce sabor del que la fortuna ha dejado en mis manos.

¿Casualidad? ¿Destino? No lo sé, sinceramente. Pero ahora que ha llegado, espero que sea para quedarse. Porque llevo mucho tiempo buscando mi caminante. Ese con quien recorrer juntos el camino de la vida.

Zirbêth.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Te deseo mucha suerte en tu nuevo camino

8:54 a. m.  

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