Y AHORA...
Y ahora, no sé. Esperar, supongo. Menudo desafío para alguien tan impaciente como yo. Porque, claro está, esperar es lo último que me apetece hacer. "El que espera desespera, dice una voz popular. ¡Qué verdad tan verdadera!". La frase no deja de rondarme los oídos. Es de las pocas cosas que recuerdo de las clases de lengua en el cole, hace ya tantos años, allí, en el Puerto de Santa María de mi niñez.
Tantas veces he cambiado que ya en mí es un hábito. Salvo el color de pelo (que, por cierto, vuelve a ser rojo), cambiar es una cosa que me suele atraer como a los alfileres un iman. No olvido, claro está, cuando reniego de los cambios, porque no hay que olvidar que no todos los cambios son buscados o a mejor.
Pero ahora algo está cambiando. Yo he cambiado. Lo que antes tardaba años en pasar, está pasando en mucho menos tiempo. Una recuperación asombrosa, ciértamente. ¿Será que el dolor deja el campo abonado para que crezcan otras plantas aún más raras y hermosas? Nadie va a avalar mi hipótesis...
Bueno, estoy tratando de ser críptica sin que sea de verdad lo que me apetece, y me va a salir un truño de post. Mejor, me despido y lo dejo ya.
Cambios...
Zirbêth.
1 Comments:
esto de querer gritarlo a los cuatro vientos y no poder hacerlo es muyyyyyyyyy frustrante ¿a que si? :D
besotes!
Baya
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