¡LAS ENCONTRÉ!
Menos mal, ya pensaba que me había quedado sin ellas. Estaban en el coche de T., quese ve que la otra noche, como iba tan cansada y medio dormida, se me calleron y no me di cuenta. Que susto más grande, jo.
¡Veooooo!
Zirbêth, y sus gafas.
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