viernes, diciembre 10, 2004

GRIPES ENCADENADAS

En realidad, creo que son la manifestación física de las tensiones mentales y espirituales. Pero mira que son latazo. Hoy me he despertado estornudando sin parar, tosiendo como las locas. Con tanto moco, hoy voy a desplazarme por propulsión a chorro. Tengo fiebre, otra vez. Me dormí anoche a eso de las nueve y media y me he despertado doce horas más tarde, casi.

Estoy harta, muy harta. Me he perdido la cena de navidad del trabajo, estando pagada y teniendo ganas de ir. Casi no hago vida social, por no gastar, cierto, pero sobre todo por las malditas gripes. El otro día, en casa de Angela, me dio un fiebrón que me tuvo atontolinada buena parte del día. Ahora helada, ahora sudando. Ayer, en el trabajo, igual. Y un dolor de granganta. Parezco una de esas ancianitas con las que me cruzaba cuando iba de la mano de mi abuela en el pueblo, que si les preguntabas "¿Qué tal?", te arriegabas a una charla sobre medicina intensiva. Así no hay quien haga nada, leñe. Ayer, en caja, los clientes daban un paso atrás, y me deban las cosas desde lejos, porque lo de toser y estornudar era el saludo oficial. Y me parece que se lo he pegado a mi compi de piso. En fin, que alegría más grande.

Zirbêth.