jueves, octubre 07, 2004

VUELTA AL MARAVILLOSO MUNDO DE LAS TRADUCCIONES

Yo que pensaba que, esta vez, me había librado de la física... Que ingenua he sido. Vale, es menos árida que otras veces, que la cosa iba de microscopios y lentes y demás zarandajas, pero no sé por qué pensé que tratándose de barcos, sería más estimulante. Pero no, es física. Otra vez. De momento no hay mucha fórmula, pero no quiero mirar más adelante, me vaya a agobiar. Y es que lo de las fórmulas es un COÑAZO. Que si inserta símbolo, que si traduce unidades de medida, que si vuelve a insertar. Es muy lento y, encima, cuenta lo mismo a la hora de que te lo paguen. En fin, que vaya pestiño más grande.

Pero bueno, es un modo de sacar adelante ciertas deudas económicas y morales. Además que, aunque más edificante, cualquier temática no científica también es mucho más difícil de traducir, y de momento yo sigo siendo de lo más amateur, vamos. Supongo que, una vez hecha al vocabulario naval, será coser y cantar (léase dolor de cuello y muñecas dormidas).

Venga, va, Zirbêth, que ya verás lo fonito que queda en el currusculum vitae. Quien sabe, en el futuro podría ser un modo estupendo de ganarse un sobresueldo (porque ya está decidido lo de que vamos a sacarnos la plaza de maestra). En fin, voy a darles una tregua a mis muñecas y me voy a ver si me hago una rica ensaladita.

Zirbêth