viernes, julio 23, 2004

RECREO

No es un buen título, pero no se me ocurre un modo mejor de llamar a este lapso en el que, previsiblemente, voy a escribir más bien poco, si no nada, en el blog. La embajada de Armenelos llegó felizcemente, aunque los elementos y un motín en el puerto de Valinor retrasaron un poco el feliz reencuentro.

Bruka ya tiene aquí a el Rey Padre y la Reina Madre y ha conseguido meterse en los pantalones del traje (cuando tenga foto del increible acontecimiento del Virrey de Valinor, también conocido como El Calvo, con traje y corbata, la añadiré al albúm de eventos extraordinarios) y va camino del Pavillion Dome, donde le pondrán disfraz de graduado universitario y su mami y yo babearemos a los que se sienten en el palco de debajo de nosotros.

Dentro de un rato, nos reuniremos con él y pasaremos un día de esos para recordar y el Calvo dira que no tiene hambre a la hora de comer por miedo a reventar el pantalón. Y, hablando de pantalones, afortunadamente yo quepo en los que me quería poner, no sin ciertas maniobras y la ayuda de ejercicios respiratorios. La ventaja es que a mí me llegan a la cadera, con lo cual mi barriga será libre de colgar por encima del botón y podré comer sin incomodidades, aunque llena de remordimientos.

Así que, queridos lectores (aunque sean también imaginarios, porque a ver quien es el guapo que ha llegado hasta el final de este infumable mensaje), les escribiré probablemente otro día, en algún momento, antes de que el mes acabe. Lo sé, lo sé, soy cruel e insensible y no podrán dormir y la ansiedad les dejará ojeras y engordarán por culpa de las visitas a la nevera tratando de llenar con comida el vacío de la ausencia de mis palabras. Pero sean fuertes. Volveré.

Zirbêth