lunes, marzo 01, 2010

TREINTA Y UNO

Sí señor, ya me ha caído otro más. Ya son treinta y uno...s cuantos.

Para colmo, he pasado mi cumple en casa, con la garganta de alguien que ha bebido un batido de cristales y alambre de espinos. De hecho, aquí sigo. ¿No pensaríais que me iban a dejar que escribiese en el blog desde mi curro, verdad? Ya sé que hay quien incluso juega al WoW en el curro, pero no es mi caso. En mi ofi, se curra. Y también se pierde el tiempo de vez en cuando, pero no en Internet.

Pese a lo de estar malita y tal, la verdad es que ha sido un cumpleaños feliz. Lleva siendo, en general, un Febrero feliz, y eso que hasta yo estoy ya harta del frío, la lluvia y, en general, el invierno. No es que quiera que llegue el verano, los dioses me libren. Pero que afloje un poco el clima para que no trabaje para Endesa estaría genial.

Mientras tanto, en el Palacio de Justicia...

Supongo que, quien más, quien menos, todos habéis oído aquello de "Lo mismo que el fuego fatuo lo mismito es el querer...". Yo no le estaba huyendo, tampoco soy tan extremista, pero sí que estaba solazándome en mi soledad relajada, sin las turbulencias que, por costumbre (mala costumbre) el amor suele significar para mí. Me da miedo decirlo, porque si habitualmente soy una gafe declarada para las colas del supermercado, para los asuntos del corazón me salgo de las estadísticas. No me dejan concursar por dopaje, vamos. Por eso, desde que hace aproximadamente un mes un chico encantador...

Pero no, lo estoy contando mal. Esto se remonta a..., mmm, ..., pongamos que a antes de Navidad. Navidad = regalos. Para mí, eso casi siempre significa libros. Así que me dirigí a mi librería habitual: necesitaba los regalos de Saruman y Derrilyn. Allí, trabaja F. a quien llevo viendo desde hará tranquilamente año y medio, y que tenía las costumbres de llamarme señora y de atenderme con exquisita atención, pese a que, por lo general, le amenazaba con una muerte dolorosa y lenta si seguía llamándome señora y a que casi siempre tengo el modo gamberra on cuando voy allí (modo incentivado por la casi constante compañía de J. y todo lo que nuestra mente colmena conlleva).

En esta ocasión, creo, no me llamó señora. Le pedí ayuda para regalar sendos libros a sendos frikies. Por su aspecto sospechaba que él era de los nuestros (la hermandad de los frikies), aunque no las tenía todas conmigo: tal vez se tratase de un simple excéntrico (si es que un excéntrico puede ser simple).

J. nos contemplaba. Al parecer, lleva tiempo haciéndolo. La mente colmena nunca descansa. Se aleja F. y J. me dice, "¿Oye, te gusta F.? Pongo cara de poker (supongo), no entiendo la pregunta o, mejor dicho, no entiendo el porque de la pregunta. "No, bueno, me cae bien, es simpático". J. sonríe de medio lado. Fin de la transmisión.

Como es fiki, intercambiamos algo de información y le ofrezco mi caralibro, para poder darle más y más precisa sobre roles en vivo y desmanes varios. Entonces, llega la Navidad y todo lo que esta conlleva y mi memoria de pez lo confunde todo. Sé que me llega su solicitud de amistad, que al menos hablamos una vez por el chat antes del siguiente episodio que recuerdo con lucidez.

Vengo del cine, de ver Avatar por segunda vez. Estoy visualmente entusiasmada, cansada hasta decir basta y, aún así, entro a mirar el correo y el facebook. Y me salta F. por chat. Hablamos de cine, de literatura, de ambos... pero estoy muy cansada y al día siguiente toca madrugón. "Seguimos la conversación en otro momento, por aquí, o en persona". "Mejor en persona...". Y ante esas palabras a mí me da un subidón de emoción, me pongo colarada, me da la risa, sola, en casa, y me acuerdo de la pregunta de J. "¿Oye, te gusta F.?", y su sonrisa de medio lado. ¡Será cabrón, lo sabía antes que yo!

Sí, me gusta F. No sé muy bien porque, no sé hasta que punto. Pero rememoro mis visitas a la librería y me descubro mirándole con una sonrisa especial. ¡Caramba, me gusta un chico! ¡No puedo creerlo! Zirbêth, te gusta un chico. Un chico que para nada se parece al tipo de chico que te suele gustar...

Ahora mismo, está durmiendo en mi cama. Yo me he levantado a llamar al médico, porque sigo con fiebre y la garganta fatal. Bueno, de eso hace una hora, más o menos. Como decía, me da miedo siquiera hablar de ello. Ya sabemos todos lo mal que se me dan las relaciones de pareja. Pero es encantador, dulce, divertido, tierno, detallista, comprensivo, generoso. Cada vez tengo más miedo.

No, no es cierto. Cada vez soy más feliz. Febrero ha sido un mes maravilloso. Haré todo lo posible para que Marzo sea tan bueno como su predecesor.

Zirbêth.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Te lo mereces, di que sí.

Vicent.

10:38 a. m.  
Blogger Old.Urobros said...

Simplemente ^_^

1:20 p. m.  
Blogger Aldebarán said...

Que Eru los acompañe y los haga crecer juntos.

Me enterneciste ¿sabes?

5:34 a. m.  
Blogger Unknown said...

Aqunque ya lo comentamos por telefono no queria dejar de felicitarte por aqui (a ver si lo visito mas XDDD)

Un fuerte abrazo, Snaga

12:23 p. m.  

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